En ColeMone, una vez al mes, dedicamos una entrada a explicar conceptos básicos en una suerte de glosario numismático. Hoy, vamos a ver unos de los términos que más suele confundir a la gente que está empezando en el mundillo: qué es una variante, y en qué se diferencia de un error.
En numismática, una variante es un tipo de moneda cuyo diseño se ha retocado tan ligeramente que no se puede considerar que la pieza retocada sea un diseño nuevo con respecto al original, a pesar de que la diferencia se pueda ver a simple vista. Ese rediseño tiene que ser consciente y a propósito.
Y esto pasa mucho más a menudo de lo que pueda parecer.
De hecho, en la numismática española, la variante más reciente es de hace relativamente nada: la moneda conmemorativa común de 2 euros de 2009 dedicada al 10 aniversario de la Unión Económica y Monetaria. En algunas monedas, las estrellas europeas son más grandes que otras.
¿Variante o error? Esta es la diferencia
Mucha gente, sobre todo cuando está empezando en numismática, tiende a confudir los conceptos de «variante» y de «error».
Y, aunque en muchos casos la diferencia es obvia, la frontera entre uno y otro no lo es. Todo lo contrario, es increíblemente borrosa, lo que no ayuda a esclarecer esa confusión.
Pero, básicamente (y no pretendo pontificar aquí), así es como yo los distingo:
Una variante se hace a propósito y suele haber muchas piezas que la presentan, un error se hace sin querer y suele ser único.
Por ejemplo, existen una moneda tipo y una variante de la moneda conmemorativa de 2 euros de 2014 dedicada a la Proclamación de la República de Malta en 1974. Esta variante está hecha totalmente a conciencia: durante algunos años, Malta incluyó una marca de ceca en las monedas destinadas a presentaciones para coleccionistas, mientras que la versión para circulación no la tenía.
O, entre las pesetas de Juan Carlos I, tenemos las 25 pesetas con la variante «Castilla León», en vez de «Castilla y León», como aparece en la moneda tipo. Originalmente, las monedas se acuñaron sin la «Y», pero tras una protesta de un partido político, la FNMT paró la acuñación y la añadió. No estaba previsto que las piezas sin «Y» se pusieran en circulación, pero aún así, algunas se escaparon.
Sin embargo, estos 2 euros de España de 2002 tienen un claro error de acuñación, una de las llamadas monedas con huevo frito. Puede haber muchas monedas de 2 euros de España de 2002 con huevo frito, pero todas serán diferentes entre sí.
Volviendo a las 25 pesetas del agujerito, a estas de 1991 les falta la perforación central. Probablemente sea porque la pieza no llegó a entrar en el taladro encargado de hacer el orificio. Es, obviamente, un error, ya que algo ha fallado en el proceso de acuñación.
La frontera a veces no está clara
Hablábamos antes de que las variantes están hechas a propósito. Aquí hay un claro pero que difumina la frontera entre definiciones: nosotros no estamos ni en la mente ni en presencia de los que se dedican ahora a diseñar y grabar monedas. Y, mucho menos, de aquellos que lo hicieron hace 25, 250 ó 2500 años.
Esto causa que, en algunos casos en los que la intencionalidad o el accidente no quedan claros, haya debate entre coleccionistas y académicos sobre si una moneda concreta es un error o una variante.
Tampoco ayuda a distinguir entre error y variante el hecho de que haya una manera de causar a propósito que las máquinas de acuñación funcionen mal, como hemos visto con la estafa que tuvo lugar en la FNMT a finales de los 70 y principios de los 80. Afortunadamente, estos casos son hiper-raros.
Pero estos son casos aislados. Generalmente, se puede dsintguir perfectamente si estamos ante una variante o un error.
Tipos de Variantes
Hay dos grandes tipos de variantes, uno relativo al grabado de la moneda, y el otro, al material con el que está hecha. Las llamamos variante de cuño y variante de cospel, respectivamente. Y, como en numismática pocas cosas fáciles hay, tienen subtipos.
Veámoslas:
Variante de Cuño
El término «variante de cuño» engloba todas modificaciones que se le hagan al diseño de la moneda.
La excepción es el año. Si cambia sin modificarse el resto del diseño, no consideramos que sea una variante (y mucho menos un error). Es, simplemente, una moneda normal.
Aquí van unos pocos subtipos. Como dice el dicho (valga la redundancia), son todos los que están, pero no están todos los que son:
Variante de Grabado
Cualquier cambio pequeño, pero consciente y a propósito, en los dibujos o en las leyendas de la moneda se considera una variante de grabado. Los casos que hemos visto antes sobre las 25 pesetas y sobre los 2 euros de Malta serían de este tipo.
Otro ejemplo son los 50 céntimos de 1949 *51 con Flechas Invertidas.
Variante de Canto
A veces, las leyendas o los dibujos de canto pueden mirar hacia una cara u otra. Esto pasa porque cuando vas a fabricar una moneda, lo primero que acuñas sobre el disco en blanco (llamado «cospel«) es el canto. Una vez puesto, las piezas se llevan a una tolva, y, desde la tolva, van cayendo de manera aleatoria sobre la cinta transportadora que las llevará a que se les cuñe el reverso y el anverso.
La moneda de 100 pesetas de 1983, como el resto de monedas de 100 pelas de Juan Carlos I, tienen variante de canto.
Variante de Sobrefecha
¿Te acuerdas de que antes te decía que cambiar año no se consideraba variante? Pues la variante de sobrefecha es la excepción a la excepción (ay, numismática, que me llevas por la Calle de la Amargura…).
En la variante de sobrefecha, el año de acuñación se actualiza sobre el cuño del año anterior, en lugar de hacer un cuño nuevo. A veces queda relativamente, bien, pero la más veces el resultado suele ser una chapuza que se distingue perfectamente.
Por ejemplo, estos 2 reales de Madrid tienen una sobrefecha: el 5 de 1725 está puesto sobre un 4, e incluso han hecho una pequeña chapuza. Normalmente indicamos la sobrefecha escribiendo 1725/4.
Para que sea una variante de sobrefecha, tiene que haber una versión que no la tenga. En el caso de estos 2 reales, esa versión existe.
Variante de Cospel
El término «variante de cospel» funciona de paraguas para definir todas aquellas modificaciones sobre la pieza de metal sobre la que se acuña el grabado de la moneda, que llamamos, pues eso, cospel.
La excepción a esto son los acabados especiales, como en las monedas «proof». Normalmente no se consideran variantes.
Veamos algunos tipos. Una vez más, no son todos los que puede haber, simplemente una pequeña muestra:
Variante de Metal
Hay veces que se toma la decisión de cambiar el metal del que está hecho la moneda. Esto puede ser porque se hacen ediciones especiales en metales preciosos para coleccionistas o jerifaltes del estado, o porque el metal original se ha vuelto demasiado caro para el valor facial de la moneda… Hay bastantes motivos.
Por ejemplo, existen versiones de los 50 céntimos de 1949 *51 «Flechas Invertidas» en plata, cuando la pieza tipo es de cuproníquel.
Esto convertiría a la versión de plata en la variante de metal de la variante de grabado de los 50 céntimos de 1949. Pero mejor no abrir ese melón.
Variante de Grosor
Hay veces que el grosor del cospel cambia entre rondas de acuñación de una moneda.
Puede suceder, principalmente, por dos razones: a) que se decida que es mejor usar cospeles más finos o gruesos, o b) que la fábrica de cospeles haya enviado los cospeles más finos o más gruesos por equivocación en logísitca o en manufactura.
Si estamos ante el caso b), es un error. Pero si estamos ante el caso a), es una variante. Y la variante de grosor por excelencia son los piedforts:
Esta es una de esas ocasiones en las que la frontera entre error y variante se difumina. Muchas veces no es posible saber qué paso para que cambiara el grosor del cospel.
¿Cuál es la moneda tipo y cuál la variante?
Esto tampoco está nada claro.
Hay gente que prefiere llamarle moneda tipo a la primera que se ha emitido, sin tener en cuenta la tirada. En este caso, la variante sería aquella que fue acuñada más tarde.
A otra gente le da igual cuál vino antes y cuál vino después: prefieren mirar cuántas se han acuñado de cada una, y la que sea más común será la moneda tipo, y la más escasa, la variante.
Personalmente, veo méritos en ambas aproximaciones a decidir cuál será cuál, pero tiendo a usar la segunda: la más acuñada será la moneda tipo.
También hay veces en las que la distribución de monedas sin variante y monedas con variante es del 50%. Esto es muy tipico en las variantes de canto, como pasa en los 2 euros de Grecia de 2004 dedicados a los Juegos Olímpicos de Atenas, por ejemplo. En estos casos, no existe moneda tipo, y hablamos de dos variantes.
Finalmente, hay veces que la comunidad numismática decide proclamar por aclamación una versión como moneda tipo tras lo que normalmente es un largo debate entre académicos y coleccionistas. Esto ya es mucho más raro que pase, pero pasar, pasa.
Y nada, esto es todo lo que tienes que saber sobre qué es una variante y cómo se distingue de un error. Ahora ya es cuestión de ir moneda por moneda.
Excelente artículo. El tema me fascina, y lo has expuesto de lujo. El tema de términos y conceptos como dices se presta a mucho debate y precisamente ahí voy yo.
Pienso que el concepto que se tiene de error es, valga la redundancia, erróneo, y pienso que se debería manejar más asiduamente el término DEFECTO. Considero que no es lo mismo un error que un defecto, y por resumir poniendo ejemplos, decir que un «huevo frito» no es para mí un error sino un defecto, en cambio el término error, encaja dentro de las variantes, deberían ser llamadas VARIANTES POR ERROR, un buen ejemplo sería el de las monedas de 500 Liras de las Carabelas donde las banderas están grabadas en contra del viento….por error.
En fin, un placer como siempre leerte.
Saludos
Buenas Álvaro!
Pues no me parece una distinción y redenominación mala. Muchas veces, efectivamente, el error está en grabador, y en esos casos, el debate está servido. Así que habría que darle una vuelta a eso.
TheMarquesito daba otro ejemplo de ello en menéame: «Por poner un ejemplo sencillo, citaré el caso de unas blancas de Enrique IV que vi hace poco: la inscripción de la orla de una pone ENRICVS REX DEI GRACI, que es una variante de la forma más común ENRICVS REX DEI GRACIA. Un ejemplo de error son las acuñadas con la forma ENRIVCS REX DEI GRACIA. Ahí se puede ver claramente que la forma ENRIVCS fue un error de quien hizo el cuño, que se despistó al tallar el texto.»
Exacto. Yo tengo muy clara la diferencia, pero está generalizado el uso de algunos términos de forma equivocada, y en casos como este de los errores y las variantes es doloroso como cuando alguien escribe «haber» en lugar de «a ver».
Gracias por tus respuestas.
Saludos
ERROR COINS… ERROR… es el término mundialmente consagrado por unanimidad
Gacias, Francisco
Un fuerte abrazo.- Juan Bautista
Gracias a tí por el comentario y por leerme siempre, Juan Bautista!
Hola! Una entrada muy didáctica pero me surge una pregunta. Igual a los más entendidos les parece una tontería. ¿La primera emisión de una peseta de 1869 sin España es variante o es error?
¿La que pone «Gobierno Provisional»? Se considera como un tipo de moneda diferente, ya que cambia la leyenda que identifica al emisor.