Si has seguido un poco las noticias numismáticas de Estados Unidos el mes pasado, igual te has encontrado con vídeos de YouTube y artículos en blogs comentando el lanzamiento al mercado de VaultBox.
Ahora que hay gente que ha comprado alguna y que ya sabemos cómo funciona el tema, puedo decir sin temor a equivocarme que es lo peor que le ha pasado al coleccionismo de monedas desde que hace unos 200 años se empezaron a barnizar las monedas con laca para «conservarlas».
Y se me ha ocurrido que, antes de que a algún tonto se le ocurra traer el sistema a España, es mejor poner en negro sobre blanco qué es lo que hace que VaultBox sea tan terrible.
¿Cómo funciona VaultBox?
El funcionamiento de VaultBox es sencillo:
1- Pagas 595 dólares más impuestos.
2- Te mandan una caja con tres monedas a ciegas, pero certificadas por NGC. Tú no sabes qué estás comprando.
3- Abres la caja en casa y ves qué monedas tienes.
4- Vas a la web de VaultBox e introduces el código de NGC. Te harán una oferta inmediata para recomprar la moneda. Puedes venderla o quedártela.
La primera tanda de 800 cajas, con 2.400 monedas en total y bautizada como Series 1, se puso a la venta el pasado 25 de enero. Se agotaron casi inmediatamente.
La Series 2 ya está planeada, pero no tiene fecha todavía.
¿Qué había en las cajas?
En la Series 1, las 2.400 piezas eran en su totalidad monedas bullion American Eagle de diferentes años. En su gran mayoría son Silver Eagles de 1 onza de plata, con algunas de oro, platino e incluso paladio.
Tienes aquí la lista completa elaborada por la publicación estadounidense CoinWeek, que examinó el concepto y echó cuentas a ver si salía rentable.
Las monedas estaban divididas en tres categorías diferentes: common, uncommon y rare (común, poco común y rara, respectivamente).
Las comunes y las poco comunes, que en realidad son los Silver Eagles de plata, van en un protector negro. El de las raras es rojo.
Cada caja te garantizaba dos monedas comunes o poco comunes y una rara. Es decir, comprando una caja tenías aseguradas dos monedas de plata, y luego viene otra que puede ser de plata, en casos excepcionales, de oro, y en casos super-hiper-mega excepcionales, de platino o de paladio.
La gran atracción de esta tanda de cajas era la posibilidad de ganar la pieza rara entre las raras: un Gold Eagle de 2020 con ceca W en proof con máxima puntuación en la graduación. Según NGC, su valoración está en 23.500 dólares.
¿Quién carallo se inventó esto?
La idea sale de una casa numismática americana llamada Minshull Trading, dueña de una empresa subsidiaria llamada VaultBox.
Aunque no son parte de NGC, VaultBox colabora muy estrechamente con ellos: ya véis que tienen protectores y etiquetas especiales.
De hecho, VaultBox compra las monedas, se las manda a NGC, y son ellos quienes las certifican, las meten en el ataúd, hacen las cajas con tres monedas, y se las envían a Vaultbox de vuelta.
El sistema de graduación es el NGCx (del que hablé en su día en mi miniblog en Telegram), que abandona la tradicional escala Sheldon y se va a una base 10, estandarizándose así con otro tipo de graduaciones como las de cromos de béisbol, videojuegos o cómics.
Según Minshull y VaultBox, lo que pretenden con esto es recrear en el coleccionismo de monedas la experiencia de abrir un sobre de cromos.
Pero, ¿sabes a qué me recuerda a mí? A las loot boxes de los videojuegos.
Por qué es tan mala la VaultBox: una lotería con pasos extra
Uno de los conceptos más polémicos en el mundo de los videojuegos es el de la loot box. Son cajas que puedes comprar con dinero real y que al abrirlas te conceden al azar premios que suelen consistir en mejoras estéticas o de habilidades en el juego. En las versiones más extremas, puedes canjear los premios a cambio de dinero real.
Las loot boxes están estudiadísimas, y hay múltiples estudios científicos que han encontrado que son adictivas y fomentan la ludopatía, y que apenas tiene diferencias con los juegos de azar tradicionales en lo que a mecanismos psicológicos se refieren.
Además, usan sistemas de atracción predatorios similares a los de los casinos, con patrones oscuros, y luces y colores llamativos.
Las loot boxes son tan perjudiciales, especialmente para menores, que en Bélgica, Países Bajos, Australia y Japón están consideradas como juegos de azar y reguladas, el Parlamento Europeo está pidiendo lo mismo, y aquí, en España, parece que van a ser restringidas a mayores de 18 años.
La VaultBox como loot box: mecánica de lotería
Seamos claros, la VaultBox, en el fondo, es una lotería.
Cuando compras una VaultBox, lo que estás haciendo es una apuesta de azar de 595 dólares, con la esperanza de que las monedas que traiga la caja valgan más que eso.
Realmente, en cuanto a mecánica de juego, las monedas son irrelevantes: podían haber puesto en las cajas habichuelas de colorines y nada hubiera cambiado.
Y el empaquetado de la VaultBox lo deja bien clarito. Fíjate como lo que te pone en grande no es lo históricamente interesantes que son las monedas, o lo bonitas que son.
No, lo que pone en grande son dos cosas: tienes que buscar los protectores rojos («Look for Red Core Series Hits»), que con ellos puedes ganar muchísima pasta («Valued at $23,000»).
Al comprar una de estas, lo que uno quiere es multiplicar la apuesta inicial, lo que uno quiere es la pasta. Por eso la propia casa ofrece la recompra inmediata: es su método para canjear los premios. Es precisamente esa recompra inmediata lo que hace que la VaultBox deje de ser un vehículo para el coleccionismo para transformarse en una lotería.
Y también es lo que hace que comprar una VaultBox no sea como comprar cromos: por mucho mercado secundario que haya, tú no le puedes vender el cromo de Griezmann a Panini por 39 veces lo que te vale el sobre nada más abrirlo.
Añádele a todo esto la existencia de patrones de condicionamiento psicológico, como la clasificación en tres categorías de escasez o los colorines del protector, que también son típicos en ciertos juegos de casino, y ya tienes el pack completo para cumplir la lista de características de una loot box.
El sacacuartos
Por supuesto, luego está el tema de lo que realmente te toca en una: como cualquier otro juego de casino, con la VaultBox, la casa siempre gana.
Fíjate en este vídeo, cuyo título podría traducirse como «Apertura de VaultBox Series 1: Posibilidad de una moneda de 25.000 dólares». El señor protagonista abre 2 VaultBoxes por valor de 1.200 dólares.
¿Y qué ha ganado este señor en el casino? Pues 6 onzas de plata valoradas por la propia VaultBox en unos 400 dólares. Ha palmado dos tercios de lo que gastó por la emoción de abrir la cajita, que según él, es «divertido».
Ojo, esto es lo lógico y lo normal. Al final, como cualquier otro juego de azar, para que la casa gane, muchos otros tienen que perder.
A ver quién es el tonto que lo trae a España
A raíz de un post en el Facebook de ColeMone sobre un billete conmemorativo no circulante que emitió recientemente Polonia, uno de los comentaristas decía que «nos toman por gilipollas a los coleccionistas».
No es que nos tomen, es que los coleccionistas, como colectivo, sí somos gilipollas.
Siempre va a haber alguien que compre este tipo de productos. Por eso se siguen haciendo: tienen salida de mercado y quien los produce se lo lleva calentito.
Pero el gran problema de la VaultBox va mucho más allá de ello. Ya no es solo que amplifique uno de los grandes problemas de la numismática y el coleccionismo actual: la percepción de que es todo por la pasta.
No, no.
El gran problema de la VaultBox es que coge el coleccionismo de monedas tradicional y se lo carga completamente. Los valores inherentes de búsqueda del placer estético, del estudio histórico, de la inversión con cabeza, son destrozados y sustituidos por un casino de mala muerte con destellos y luces cutres.
Y en un país donde la lotería es una tradición navideña, donde hay una tragaperras en cada bar, y donde la prensa hace el agosto cada vez que sacan sus noticias del pastón que vale nosequé moneda de mierda, convertir la numismática en un juego de azar significa matarla.
En definitiva, que quizá ColeMone no tenga el alcance y el prestigio que tienen otros blogs de esta temática, pero si a alguien se le ocurre traer el concepto de la VaultBox a España, lo voy a poner a parir por todas las esquinas delante de todo aquel que quiera escucharme. O leerme.
Una delicia leerte
Gracias por tus enseñanzas.
Un fuerte abrazo.- Juan Bautista Bajo Miguélez
Muchas gracias a ti por leerme y por apoyarme, Juan Bautista.
Un abrazo!
Entiendo tu indignación. Yo creo que más allá de un juego de lotería es directamente un timo, como también lo era, aunque sea distinto, la estafa de Forum-Afinsa.
Pero por otro lado también creo que no es numismática, como tampoco considero numismática todo producto monetiforme o pseudonumismatico que se comercializa desde las mismas cecas, que no son otra cosa que cromos de metal, con lo cual esta idea de la «moneda cromo» no es nada nueva.
El caso es que cuando hay una posibilidad de negocio pues se acaba explotando.
El numismático de verdad pienso que lo seguirá siendo a pesar de todo esto, no creo que vaya a cambiar nada, son cosas distintas.
A mí lo que me preocupa, y lo he expresado recientemente en un comentario de un buen grupo face, es la certificadora y su relación con esta nueva empresa. Si por tener intereses comunes muy potentes la certificadora puede tener la tentación de dar los mejores grados a las monedas de sus amigos y al resto no tanto, puede suceder que el coleccionista de verdad se vea en la idea de recurrir a este timo con la idea de nutrir su colección con estos cromos que teóricamente «podrían estar mejor valorados», y así entramos ya en otra cosa que es la corrupción
El tema de las relaciones entre la casa certificadora y la nueva empresa es algo que hay que vigilar mucho, estoy completamente de acuerdo. Es un aspecto de esto (¡otro más!) que también me preocupa bastante.
Y también estoy de acuerdo en que esto no es numismática. Pero es algo que tampoco podemos ignorar, y que si tiene éxito tendrá un impacto enorme en el mercado numismático, afectando a los precios. Al fin y al cabo, quien hace la cajita tiene que sacar las monedas de algún lado, especialmente si se meten en moneda histórica. Habrá una segunda parte de este artículo explicándo cuál es el peor escenario si esto tiene éxito.
Chachi. Te leeremos!!
Gran artículo.
Bien llevado y bien argumentado.
100% de acuerdo con lo expuesto.
Saludos
Muchas gracias, Dragón, me alegro de que te haya gustado!
No puedo estar más de acuerdo con el artículo… Da auténtico gusto leerte, sin pelos en la lengua y tobo bien calrito.
Muchas gracias, Ricardo, me alegro de que te haya gustado!
Megainteresante el articulo. No soy coleccionista pero me encantan este tipo de estudios sobre las trampas y manipulaciones a las que nos podemos vernos sometidos en distintos contextos, aprendo mucho de ellos y me dan herramientas para ver en mis propios contextos patrones parecidos
Al final las técnicas usadas para este tipo de cosas suelen ser las mismas en todos los ámbitos. Cuanto mejor las conozcamos, mejor podremos reaccionar a ellas.
Gracias, un articulo esclarecedor donde nos muestras como se convierte una entrañable afición como puede cualquier otra del coleccionismo a su conversión en una adicción mercantilizada..
Un saludo,
Gracias a ti por leerlo. Al final, cualquier cosa es susceptible de manipulación y degeneración interesada, y el coleccionismo en todos sus ámbitos no es una excepción.
Si los números son correctos ha palmado dos tercios y no uno.
Pues toda la razón! Gracias por el aviso, ahora mismito lo corrijo.
Un detalle: el amigo no ha palmado un tercio, sino dos tercios: invirtió 1200 dólares en algo que vale 400 dólares.
Pues sí, así es. Acabo de corregirlo, muchas gracias por el aviso.
Pense que seria parecido a lo que hace poco pasaba en USA con los coleccionistas de videojuegos, donde la empresa de tasacion estaba asociada con las de subastas para inflar los precios artificialmente.
Aqui lo explican muy bien: https://www.youtube.com/watch?v=rvLFEh7V18A
No conocía es vídeo, gracias por enlazarlo! Eso que comentas ya pasó en la numismática americana en los años 80. El coleccionismo de videojuegos, siendo tan nuevo, ahora está descubriendo las malas partes que otros coleccionismos más asentados ya han pasado.
No está mal: 600 pavos por 3 onzas de plata…
Ya ves, chico, ya ves…
Estimado Francisco
El articulo muy bueno, impecable.
Ahora, tontos dispuestos a tirar su dinero siempre hubo y habra. No creo que esto afecte demasiado a la numismatica, nadie que tenga dos dedos de frente y sea en verdad numismatico caera en esto.
A mi entender es un producto orientado a compradores compulsivos/ludopatas que hoy compran monedas, mañana video juegos y pasado muñecas barbie, asi que a no preocuparse tanto que esto jamas llegara a afectar a los autenticos coleccionistas.
Saludos
Edit ColeMone: ¡Este ha sido el comentario número 1000 en la historia de ColeMone!
Hola, querido Gustavo,
Pues yo pienso que afecta más de lo que crees. Lo exploraré en una segunda parte de este post, pero piensa que estas empresas tienen que sacar las monedas de alguna parte, y como salgan 3 o 4 y se centren en moneda histórica, la demanda aumentará de tal manera que la subida de precios de las monedas va a ser histórica. Y eso sí que nos afecta a todos.
Por cierto, ¡tu comentario ha sido el comentario número 1000 en la historia de ColeMone!
Hola, con este tipo de cosas me siento un extraterrestre y cateto. Sólo tengo 56 años y me siento como mi padre de 93 años con estos «inventos». Soy el típico coleccionista de moneda española, sobre todo billetes. En mi caso, simplemente no me interesa porque sólo me atrae la moneda del Imperio Español, en concreto los columnarios. Viendo la foto de la caja me recuerda a las cartas Pokemon que se pagan un dineral, me parece una buena operación de marketing, y habrá gente que les guste, sea ludópata o no, y las compré, ya que hay gente impulsiva que colecciona cualquier cosa.
Hola Celso! Pues sí, el marketing es buenísimo y yo creo que en la impulsividad está la clave. Por eso son tan peligrosas. Un saludo!