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Diseñar una colección de monedas es probablemente uno de los momentos más ilusionantes en el coleccionismo numismático. Pero también es un campo de minas que hay que planificar con esmero. Hace un par de meses, decidí comenzar una colección nueva, y aprovecho ese proceso para contarte cómo hice para diseñarla.
Eso sí, ten en cuenta que el diseño inicial de una colección te va a dar una guía con la que empezar a comprar monedas con criterio. Pero, según vayas consiguiendo piezas, tu colección tomará vida propia.
Sin más, vamos a ello:
Eligiendo una temática
Te lo digo sin rodeos: la temática de mi nueva colección podría titularse como «Monedas de la Segunda Guerra Mundial: 1939-1945».
Que sí, que sí, que la Segunda Guerra Mundial es el vino Don Simón de la Historia: lo primero que bebes cuando eres un pipiolo antes de pasar a cosas con más enjundia.
Pero a mí es un tema que me sigue tocando la patata, y al que he vuelto una y otra vez desde que le dí mi primer sorbito cuando era un chaval. Una vez profundizo en el Frente Oriental, otra en el Frente del Pacífico, la siguiente en las fuerzas expedicionarias brasileñas en Europa, y la siguiente en vete tú a saber qué.
En definitiva, que en esta ocasión, ha sido mi fascinación por el tema la que me lleva a la colección. En otros casos puede ser perfectamente al revés, y que la motivación de comenzar una colección sea aprender más sobre el tema. Normalmente esto dependerá del tipo de coleccionista que seas.
Acotando la colección
Tras decidir la temática, es hora de decidir de manera preliminar qué monedas exactamente van a formar parte de la colección. Esto nos permitirá poder echar ciertos cálculos y cuentas mentales para ver la viabilidad del conjunto.
Para ello, lo mejor sería tener acceso a un catálogo especializado sobre la temática que hayamos elegido. Si no podemos conseguirlo, o si no existe, la segunda mejor opción es irse a un catálogo generalista nacional como el CAL español o el CJ argentino, o de monedas del mundo como el KM, sabiendo que puede que esté incompleto para lo que pretendemos hacer.
Rechaza tu primer instinto
En el caso de esta colección, una primera acotación instintiva viene marcada por la duración y los participantes de la contienda: todas las monedas emitidas entre 1939 y 1945 por cada uno de los países beligerantes.
Pero esta acotación se revela problemática al considerar a países como Brasil, que entró en la guerra en 1942, o los propios Estados Unidos, que entraron en 1941. En estos casos, ¿coleccionamos desde 1939 o desde que entran en la guerra?
Para responder esta pregunta hay que ir al verdadero quid: ¿qué finalidad tiene esta colección? En este caso, el mío es tener una representación del impacto de la guerra en la producción numismática. El tuyo puede ser cualquier otro, es tu colección al fin y al cabo.
Con eso en la mano, y dado que desde su inicio, la Segunda Guerra Mundial afectó al comercio de metales a escala global, con muchos países teniendo que modificar sus monedas por ello, he decidido que coleccionaré todos desde 1939, independientemente de su entrada en la guerra.
Y ojo, este replanteamiento de la acotación instintiva inicial pasa más a menudo de lo que pueda parecer.
Por ejemplo, si decides empezar a coleccionar monedas de Fernando VII, ¿coleccionarás monedas acuñadas por Fernando VII o durante el reinado de Fernando VII? No es lo mismo, sobre todo en lo que a cecas americanas se refiere.
Hazte estas tres preguntas
Finalmente, necesitamos hacernos tres preguntas relacionadas con metodología numismática:
¿Voy a coleccionar por año o por tipo?
En otras palabras, responder esta pregunta supone decidir si vas a coleccionar una de cada año de emisión independientemente de que cambie el diseño o no (por año), o solo una de cada diseño independientemente del número de años en los que se haya emitido (por tipo).
Esta es una decisión personal que se verá influenciada por tu capacidad económica, el coste previsto de la colección, el espacio que tengas para almacernarla, y si te aburre o no ver una ristra de monedas iguales seguidas.
En mi caso, dado que la guerra solo duró 6 años, he decido coleccionar por año.
¿Voy a coleccionar solo las monedas emitidas entre esos años, o todas las que circulaban?
Aunque lo parezca, no es lo mismo.
En el caso de la Segunda Guerra Mundial, en muchos de los países beligerantes, como Japón, Estados Unidos o Reino Unido, por poner algunos ejemplos, al principio de la contienda y/o durante ella seguían circulando monedas de los años 20 y 30, o incluso más antiguas.
Por ejemplo, en Francia convivían en circulación dos tipos de monedas de 50 céntimos, uno emitido desde 1931 a 1941, de las que conseguiré una de cada año de emisión tras el comienzo de la guerra, y otro emitido en los años 20, que descartaré en un principio porque no son realmente relevantes para la finalidad de la colección: la representación del impacto de la guerra en la producción numismática. Quizá incluya una en una futura ampliación de la colección.
Sin embargo, en Estados Unidos, el diseño de las monedas circulantes emitidas durante la Segunda Guerra Mundial no varía sustancialmente de las emitidas en años anteriores. Por tanto, solo coleccionaré las emitidas entre 1939 y 1945.
¿Voy a coleccionar también variantes y/o errores?
La respuesta a esta pregunta rara vez es «sí» o «no».
En casi todas las series de monedas existen variantes y errores que han tomado un estatus casi mítico y sin las que una colección realmente no estaría completa. Por otro lado, también existen variantes cuya diferencia es ínfima con la moneda original.
Por ejemplo, en Estados Unidos tenemos una variante de cospel que no puede faltar en ninguna colección: el centavo de 1943 en acero.
Por otro lado, los 50 céntimos de aluminio de 1943 de la Francia de Vichy tienen una variante que consiste en que el cospel es 0,23 milímetros más gordo y pesa 0,1 gramos más. Personalmente, a mí esta no me parece interesante teniendo en cuenta la finalidad de la colección, y no la incluiré.
En definitiva, habrá que ir caso por caso y decidir en consecuencia con lo que quieres que sea tu colección.
Haz una lista
Y con las respuestas a estas preguntas y el catálogo en la mano, lo siguiente sería compilar la lista de monedas que queremos incluír en la colección.
Eso no quiere decir que tengamos que escribir esta lista en piedra: una colección suele ser un ente vivo que va cambiando y transformándose de acuerdo a una miriada de variables que irán surgiendo según vayamos consiguiendo piezas.
Esta lista es simplemente una base sobre la que poder plantearnos ciertas cuestiones que nos permitirán afrontar nuestro futuro numismático con cierto conocimiento de causa.
Y esas cuestiones son:
Consideraciones previas antes de empezar a comprar
Una vez hecha tu lista, y antes de tirarte de cabeza a comprar como un poseído, tienes que considerar una serie de cosas que te ayudarán a mantener los pies en la tierra y que la cosa no se vaya de madre inesperadamente.
1 – ¿Con qué estado de conservación mínimo voy a quedar satisfecho?
Una de las pocas reglas escritas en piedra en numismática es que, a dos monedas iguales, la mejor conservada va a ser más cara.
Así que lo primero que tenemos que hacer es mirar unas cuantas monedas y ver qué estado de conservación nos va a hacer feliz al verlo en nuestra colección. Igual te vale que la moneda esté usada mientras se vean bien todos los elementos, o igual solo te vale que esté en un Sin Circular estricto. Eso depende de ti.
Pero ten en cuenta que hay que ser realistas. Por ejemplo, no quieras hacer una colección de monedas de los Reyes Católicos en calidad «Sin Circular», más que nada porque virtualmente no existen.
En el caso de la Segunda Guerra Mundial, iré a por un «Sin Circular» estricto en la mayoría de los casos. Quizá me valga un EBC o un EBC+ bonito en algunas otras piezas, dependiendo de su precio. Y habrá casos en los que me tenga que conformar una conservación media.
2 – ¿Me lo puedo permitir?
Toca hacer investigación de mercado para echar un cálculo rápido de en cuánto te podría salir la colección.
Tira de la lista y ponte a mirar en bases de datos de remates de subastas en cuánto se han vendido las monedas que quieres comprar en la conservación que buscas. Te digo cómo hacerlo en este artículo que escribí hace tiempo sobre cómo saber el valor de monedas antiguas.
Suma todas las monedas y mira cuánto es el total.
Luego, piensa cuánto puedes y quieres invertir en tu colección al mes.
El valor de las monedas fluctúa con el tiempo y, más que probablemente, eso no sea lo que acabes pagando por tu colección si sigues adelante, pero te dará una estimación suficiente para saber si vas a poder coleccionar lo que quieres coleccionar sin tener que dejar de comer tres días a la semana.
Si puedes permitírtelo, genial.
Si no, tienes dos opciones para reducir el coste:
- Puedes reducir la extensión de la colección. Si tenías pensado coleccionar por año, puedes hacerlo por tipo. O puedes coleccionar solo las monedas más representativas de la serie.
- Puedes hacer de tripas corazón y bajar el estado de conservación mínimo aceptable. Vete a por conservaciones medias en vez de irte a por los «Sin Circular» estrictos.
Si aún así no puedes permitírtelo, igual es hora de posponer el proyecto hasta que tengas algo más de músculo económico.
En mi caso, las monedas de la Segunda Guerra Mundial no son especialmente caras. La gran mayoría están por debajo de los 20 euros, y muy poquitas se van por encima de los 100.
3 – ¿Cómo de difícil va a ser conseguir las monedas?
La tercera cosa que tenemos que considerar es lo difícil (o no) que va a ser conseguir las monedas. Qué es raro y difícil y qué no lo es se volverá aparente cuando estemos consultando el catálogo al redactar la lista de monedas y al hacer la investigación de mercado para ver si podemos pagar el tinglado.
Las de la Segunda Guerra Mundial suelen ser abundantes y con tiradas largas (salvo ciertas excepciones), lo que la hace una colección bastante asequible.
Pero para otras colecciones cuyas piezas no tengan tanta disponibilidad en el mercado, tendremos que ver si tenemos una red de contactos de comerciantes y otros coleccionistas que nos permita buscar las monedas más dificiles y raras en sitios que no son tan obvios.
Si no tienes esa red, tendrás que decidir si tienes la capacidad, la energía y las ganas para desarrollarla.
4 – ¿Cuánto tiempo me va a llevar esto?
Cuando sepas más o menos cuánto te costará, cómo de difícil va a ser y cuántos billetes puedes echarle, es fácil echar un calculo aproximado de cuánto tiempo te va a llevar, teniendo siempre en cuenta que la vida da muchas vueltas y que esto no es más que una cuenta de la abuela.
Aquí lo primordial es ser realistas y honestos con nosotros mismos.
Digamos que puedes gastar 100 euros al mes, pero la colección que has diseñado te va a salir por unos 10.000. Además, la dificultad es alta y, aunque has conseguido ahorrar el dinero para pagarlas, las monedas que quieres no aparecen. Así que habrá que echar unos años extra buscando monedas debajo de las piedras.
Con ese panorama, ¿estás seguro de que quieres pasar los próximos 15 años metido en esto?
La respuesta a esa pregunta tendrá que ver con la pasión que sientas por el tema y, en menor medida, con la finalidad que tengas para tu colección.
Yo llevo coleccionando monedas de 2 euros conmemorativos casi 10 años, y me veo haciéndolo 20 ó 30 años más sin problema. Pero, ¿la colección de la Segunda Guerra Mundial? No me veo trabajando en ella durante los próximos 40 años. Calculo que me llevará unos 5 años, y, para mí, es una duración perfecta.
Si te das cuenta de que el tiempo de finalización que te sale en el cálculo es demasiado y quieres que sea más rápido, tendrás que, o bien aumentar la inversión en la colección, o bien reducir su extensión y/o su dificultad.
5- ¿Qué pasa si me quiero deshacer de la colección?
En la vida hay momentos en los que estamos mejor económicamente, y en otros, pues peor. E igual en esos momentos bajos hay que recurrir a deshacerse de la colección que estas diseñando.
O igual, simplemente, te has aburrido del tema, o de la numismática en general.
Hay mil motivos para deshacerse de una colección, y nadie es inmune a ellos. Así que es buena idea echar un ojo al futuro y ver si la colección que vas a montar es fácil de vender.
Para ello, lo mejor es una combinación de investigación propia sobre los resultados de las subastas con un par de preguntas rápidas a un comerciante con el que tengas algo de confianza, en un momento en el que no molestes y siempre siendo amable y agradecido porque comparta sus conocimientos contigo.
Finalmente, ten en cuenta que en la numismática también se rige por modas, y puede que lo que ahora sí tiene una evidente salida comercial, no la tenga dentro de 10, 15 ó 20 años.
La colección de la Segunda Guerra Mundial no tiene mucha salida. Al ser en su gran mayoría piezas baratas y abundantes es difícil venderlas. Pero no me importa mucho, ya que la inversión que voy a hacer en ellas es, en general, pequeña.
Esto es un plan, no una regla escrita en piedra
Una vez que hayas hecho todo esto, tendrás una base de conocimiento y un plan para afrontar tus primeras compras de monedas con un criterio propio. Pero ten en cuenta que esto no es más que eso, un plan.
Y como parece que dijo Mike Tyson en el auge de su carrera pugilística, «todo el mundo tiene un plan hasta que le dan la primera hostia en la boca».
Es más, verás que según vayas consiguiendo monedas, tu colección tomará vida propia y será ella la que te dirá como irla configurando, y quizá necesite una remodelación de objetivos y de metas. Y eso es casi tan emocionante como diseñarla por primera vez.
Fran, has dado en el clavo de un periodo histórico fascinante, no sólo en lo Numismático, histórico o social de la historia practicamente reciente y de la que aún hay consecuencias y rescoldos vivos. Pero vayamos al grano, yo llevo varios años coleccionando monedas y billetes del periodo de la 2G. Mundial
y me decidí a coleccionar un modelo de moneda de las emitidas independientemente del año de acuñación, también te digo que si veo un modelo de 1943 y al lado la misma de 1944 y 1945, probablemente me lleve todas.
Yo empecé por las de la Alemania nazi consiguiendo un modelo de cada una de las que se emitieron en este periodo, aunque ya sabemos todos y como tu dices en tu artículo siguieron circulando las emitidas por la Republica de Weimar. El ejemplo es aqui en España las monedas de Franco estuvieron circulando hasta finales de los 80 o principios de los 90 (no lo recuerdo con exactitud). Pero eso mi opinion es centrarse en las emitidas entre 1939 y 1945, para el periodo de la 2G. Mundial, ya que este periodo por ejemplo abarca a casi toda Europa.
En el periodo de la Alemania Nazi estariamos hablado e 1933 a 1945 y ya incluye el periodo anterior, como pasaría con la Francia de Vichy. Un periodo solapa al otro pero es consecuente del segundo.
Pero bueno está es mi opinión y ya está, cada uno lo hará como le guste, por años, países, materiales, etc. Lo importante es que
estas disfrutando con lo que estas haciendo y poniendo un granito de arena para que la historia no se olvide.
Un saludo para todos.
Muchas gracias por contarnos tu experiencia! El tema de las monedas de la Alemania Nazi es algo que aún no he decidido. Tiene todo el sentido del mundo coleccionar desde 1933, pero por otro lado, me rompe un poco la cohesión de la colección. En el coleccionismo, a veces hace falta tomar decisiones difíciles!
Lo que nos dices al final es sabiduría pura: lo importante es disfrutar con ello.
Un saludo!
Estimado Francisco
Que periodo tan interesante a nivel numismatico el de las guerras mundiales, en lo particular tengo un lindo surtido de la segunda guerra y algunas de la primera, y de estas ultimas podria tener muchas mas, hace ya bastante tiempo pase de comprar una bolsa con no menos de 100 o mas quizas, de estas por que eran presumo de zinc/hierro porque tenian feo aspecto, cada vez que me acuerdo me quiero cortar lo que vos ya te imaginas 😂…en fin, errores de principiante, en esa epoca solo tenia ojos para las monedas de plata, por suerte hace rato que se me paso.
En cuanto a la estrategia y planificacion para llevar a cabo la coleccion es digna de von Manstein…no dejas un detalle suelto…ahora hablando en serio no se si planificar tanto no le quita un poco de emocion, sabor y sorpresa al tema, pero bueno, son gustos no?
Saludos desde BsAs
Hola Gustavo!
Supongo que lo de quitarle emoción al tema dependerá de cada personalidad. Yo, por ejemplo, encuentro la emoción en la persecución del ejemplar que quiero, y no tanto en encontrarme algo que no sé lo que es (que también, pero menos). Para otra persona, el lugar donde encuentre esa emoción será completamente diferente. De todas maneras, este plan es más bien una base inicial, sorpresas hay siempre, y sabores, desde a durazno hasta a sushi, y todos los de en medio. Y toda colección suele pedir restructuración tarde o temprano, plan o no plan.
Sobre la bolsa esa… Pena de no saber qué iba en ella! La plata brilla mucho, sin duda…
Un saludo!
Buenos días a tod@s!
Tengo un artículo sobre monedas de WWII
Necesito solo traducir i añadir alguna información….
Deseando estamos leerlo ya, Sergio!