2 Francos 1943: El Congo Belga emitió monedas hexagonales con un error

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Uno de los grandes mementos numismáticos de la Segunda Guerra Mundial son las monedas de materiales inusuales acuñadas durante esta época, resultado de la reclasificación de muchos metales como materiales estratégicos de guerra, haciendo que su uso por parte de las casas de moneda pasara a los últimos puestos de la lista de prioridades. Por ejemplo, una de las monedas más populares entre los numismáticos estadounidenses es el centavo de Lincoln de 1943, hecho en acero en vez del cobre tradicional, ayudando así a reservar ese metal para la producción de proyectiles y municiones.

Pero, a pesar de esas medidas de ahorro de cobre, ese año la Casa de la Moneda de Filadelfia, la que acuñó esos centavos de acero, también fabricó 25 millones de monedas de una aleación de un 65% de cobre y un 35% de zinc para el Congo Belga africano.

Congo Belga - 2 Francos 1943
Los 2 francos del Congo Belga de 1943 (Foto: Aureo & Calicó Subasta 426, Lote 2298)

El Congo Belga era una colonia de Bélgica establecida en 1908 en el territorio de la moderna República Democrática del Congo, y que duró hasta su declaración de independencia el 30 de junio de 1960.

La principal fuente de ingresos del Congo Belga era la minería. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el territorio europeo de Bélgica estaba bajo ocupación nazi, la colonia africana estaba bajo el control de las Fuerzas Belgas Libres, y sus minerales se exportaban a Gran Bretaña y Estados Unidos. De las minas congoleñas se extrajo, por ejemplo, uranio para las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki.

A principios de la década de 1940, había una grave escasez de circulante en la colonia del Congo ocasionada por la ocupación alemana de la metrópolis, que ya no podía mandar monedas, En 1942, el Secretario Colonial Belga escribió desde su oficina en Washington D.C. una carta formal a la Casa de la Moneda de los Estados Unidos solicitando la acuñación de 25 millones de monedas de 2 francos para aliviarla.

Y quería que la moneda fuera hexagonal y acuñada con una aleación de cobre y zinc.

Congo Belga - 2 Francos 1943 - Anverso
El reverso de los 2 francos del congo belga de 1943. En cierta manera, recuerdan a las 15 rupias alemanas de Tabora de 1916 (Foto: Aureo & Calicó Subasta 426, Lote 2298).

La Casa de la Moneda de Estados Unidos ya tenía una amplia experiencia en la fabricación de monedas para otros países afectados por problemas surgidos durante la Segunda Guerra Mundial. Además de la acuñación combinada de 12.308.856.171 monedas por las tres casas de moneda de San Francisco, Denver y Filadelfia para uso nacional entre 1939 y 1945, las casas de moneda acuñaron 3.329.779.508 monedas para uso extranjero.

Todas estas monedas se acuñaron a un costo para los países receptores, muchos de los cuales también proporcionaron el metal necesario. De hecho, durante este período, la Casa de la Moneda utilizó una media de más de 15.000 toneladas de metal al año.

Sin embargo, la producción de monedas para el Congo Belga generó preocupaciones en la Casa de la Moneda estadounidense, principalmente porque tendrían que estar hechas de cobre en un momento en el que se buscaba reducir el uso interno de ese metal. Aunque la Casa de la Moneda pidió permiso escrito al Departamento de Estado para acuñar las monedas en diciembre de 1942, un alto funcionario de la ceca declaró que su organización no tenía mucho interés en acuñar la moneda debido, precisamente a su contenido de cobre.

En un cable al Departamento de Estado de los Estados Unidos, fechado el 18 de diciembre de 1942, el consulado estadounidense en el Congo Belga confirmó la escasez de monedas en la colonia. El consulado señaló también que, con razón o sin ella, los dirigentes del Congo Belga podrían estar indignados por la renuencia de Estados Unidos a destinar 200 toneladas de cobre a la acuñación, a la vez que la colonia belga producía anualmente unas 170.000 toneladas de cobre y 12.000 toneladas de zinc para sustentar la industria aliada durante la guerra.

Congo Belga - 2 Francos 1943 - Reverso
El anverso de los 2 francos del Congo Belga de 1943 (Foto: Aureo & Calicó Subasta 426, Lote 2298).

El 26 de diciembre de 1942, la directora de la Casa de la Moneda de EE. UU., Nellie Tayloe Ross, ordenó la creación del cuño para la moneda de 2 francos del Congo Belga de 1943, aunque las monedas no debían acuñarse sin la aprobación final del Departamento de Estado para utilizar cobre.

Nellie Tayloe Ross fue nombrada por el presidente Franklin Roosevelt como Directora de la Casa de la Moneda de Estados Unidos el 3 de mayo de 1933, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese puesto. Hasta el momento, es la persona que más tiempo desempeñó ese cargo. Estuvo allí durante 20 años, hasta su jubilación en 1953.

El permiso del Departamento de Estado llegó finalmente en enero de 1943 y, para primavera, la Casa de la Moneda de Filadelfia ya había acuñado los 25 millones de monedas. Después de varias solicitudes, la Casa de la Moneda recibió 105.072 dólares (alrededor de 17 millones de dólares actuales) del Congo Belga para cubrir los costos de las operaciones de fabricación de matrices y de acuñación.

Pero, después de tanto rollo y tanta marabunta, se descubrió que todas y cada una de las flamantes nuevas monedas del Congo Belga tenía un error: en neerlandés, la palabra «Belga» estaba mal escrita. Aparecía como «Belgish» en lugar del correcto «Belgisch».

Congo Belga - 2 Francos 1943 - Explicación Error

¿Cómo pudo una casa de moneda altamente profesional acuñar 25 millones de monedas con un error ortográfico tan grave?

En una carta fechada el 12 de mayo de 1943, la directora de la Casa de la Moneda, Nellie Tayloe Ross, le recordó al Sr. M. Horne, Consejero del Gobierno del Congo Belga en la Embajada de Bélgica en Nueva York, que lo llamó inmediatamente después de que le informaran del error, y reiteró su arrepentimiento.

Luego explicó que el grabador jefe de la Casa de la Moneda había estado de baja laboral durante muchos meses debido a un accidente. Como resultado, toda la carga de trabajo recayó sobre su asistente, quien diseñó la moneda del Congo Belga. Ross sugirió que este error debería contarse entre las consecuencias de la guerra.

Sin embargo, la culpa no recae únicamente en la ceca estadounidense: una prueba de la moneda fue enviada al asesor del gobierno del Congo Belga, el Sr. Horne, antes de comenzar la acuñación. En una carta fechada en febrero de 1943, Horne afirmó que «la prueba de la moneda es totalmente satisfactoria y por la presente queda aprobada» y pidió una acuñación inmediata debido a la grave escasez de monedas en el Congo Belga.

En su carta del 12 de mayo, Ross señaló esto y afirmó que la Casa de la Moneda de EE. UU. no estaba tratando de evadir su parte de responsabilidad por este error. También señaló que la Casa de la Moneda envió pruebas al Secretario Belga de las Colonias y a representantes de la sucursal londinense del Banco del Congo. Ninguna oficina notó el error.

Ante la grave escasez de monedas, la administración del Congo Belga aceptó todas las monedas con el error y las puso en circulación. El error no parecía ser una preocupación importante. Un artículo de periódico del Congo Belga señala la llegada de las monedas, pero no menciona el error ortográfico.

En una carta de 1944, el embajador belga en los Estados Unidos recordaba «la amable y eficiente cooperación con la Casa de la Moneda de los Estados Unidos durante la acuñación de monedas para el Congo Belga». Sin embargo, tras el final de la guerra, el gobierno del Congo Belga retiró de la circulación las monedas con error y las reemplazó por otras nuevas acuñadas en 1946 y 1947 por la Casa de la Moneda de Pretoria en Sudáfrica.

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