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Si me preguntan si hay una moneda que esté presente en cualquier colección amplia de moneda mundial, tendría clarísima mi respuesta: la moneda de 1 céntimo de Estados Unidos, conocida como el Lincoln Cent. Y hay una razón para ello. Se han acuñado más de 150.000 millones de ejemplares de esta familia de monedas desde que debutó en 1909, siendo, con mucho, la moneda más acuñada de la historia.
Y, sin embargo, a pesar de que se siguen acuñando miles de millones de piezas cada año, para los estadounideses es una moneda completamente inútil en su uso diario, tanto que rutinariamente la tiran a la basura.
Para enterder esta incongruencia, primero te doy unos detalles sobre la moneda, luego te cuento por qué es inútil, y finalmente, te digo por qué sigue circulando y por culpa de quién.
Qué es exactamente el Lincoln Cent
Cuando hablamos del Lincoln Cent, también conocida como el Lincoln Penny, realmente no nos estamos refiriendo a una sóla moneda, sino más bien a una familia de monedas que comparten el mismo anverso, un busto de Abraham Lincoln basado en un retrato fotográfico del Presidente tomado por un tal Berger el 9 de febrero de 1864.
Esta familia está compuesta en total por 9 monedas diferentes. El primer modelo duró de 1909 a 1958, y se fabricó siempre en cobre, salvo en 1943, que se manufacturó en acero cubierto de zinc debido a la escasez de cobre para usos civiles en la Segunda Guerra Mundial. Esta moneda tiene el honor de ser la primera en la numismática americana en representar a un personaje histórico y en incorporar el ya famosísimo lema «In God We Trust».
El segundo duró de 1959 a 2008, y también se fabricó en otros dos materiales: cobre hasta 1982, y luego se cambió a una aleación del 97,5% de zinc porque el cobre de la moneda costaba mas que su valor facial. Finalmente, desde 2010 tenemos un nuevo modelo que mantiene el uso del zinc.
¿Y qué pasó en 2009? Pues en 2009 se celebró el bicentenario del nacimiento de Lincoln, y el Congreso de Estados Unidos ordenó emitir una serie de cuatro monedas conmemorativas de 1 céntimo ilustrando momentos claves de la vida del presidente que ordenó la libertad de muchos esclavos estadounidenses.
Desde el punto de vista del coleccionista, casi ninguna de estas monedas vale nada. Las modernas se pueden conseguir sin circular nuevecitas fuera de Estados Unidos por unos 20 céntimos de euro. Así que si no coleccionas monedas pero te gustaría hacerlo, el penny es un buen inicio para ello.
Hay algunas excepciones que, en buena conservación, sí pueden valer un dinero. Especialmente cuatro. La primera es el primer Lincoln Penny de la historia, el de 1909 VBD, que se distingue del resto porque lleva las iniciales de Victor David Brenner, el grabador del anverso con el retrato de Lincoln. La segunda es el penny de 1955 P con doble acuñación. La tercera es el penny de 1943 hecho de cobre por error. Se cree que existen menos de 20, y uno fabricado en Denver se vendió hace unos años por 1,7 millones de dólares. Y la cuarta es el penny de 1944 fabricado en acero por error, de los que se conocen menos de 10 ejemplares.
El resto no valen absolutamente nada, especialmente si ha circulado. Es una moneda tan inútil que no vale ni el tiempo que lleva recoger uno del suelo. De hecho, valen tampoco que los estadounidenses tiran a la basura unos 62 millones de dólares en monedas de 1 céntimo cada año.
Por qué el céntimo de Estados Unidos es inútil
El debate sobre si Estados Unidos debería seguir produciendo céntimos o no es uno de esos temas recurrentes en la vida política americana. Y lleva siéndolo, al menos, durante los últimos 20 años.
Para muestra, un botón. El capítulo 6 de la temporada 3 de la serie El Ala Oeste de la Casa Blanca (The West Wing) contiene un diálogo entre los personajes de Rob Lowe y Bradley Whitford en el que hablan, precisamente, de este debate. Está encuadrado en una escena de comedia, pero al mismo tiempo sirve para dar una idea general de los argumentos que se daban, ya por aquel entonces, para eliminar la moneda de un céntimo (la traducción es mía):
- Josh Lyman: ¿Quiere eliminar el céntimo?
- Sam Seaborn: No es que quiera eliminarlo, mas bien quiere darle a su jefe una razón de por qué no podemos.
- Josh Lyman: Es una tontería.
- Sam Seaborn : Sí, pero la cosa es que… realmente no lo es.
- Josh Lyman: ¿En serio?
- Sam Seaborn : Resulta que la mayoría de los céntimos no circulan. Acaban en tarros y cajones. Dos tercios de los céntimos producidos durante los últimos 30 años han desaparecido de circulación.
- Josh Lyman: ¿Has estado leyendo sobre ésto?
- Sam Seaborn: Es interesante.
- Josh Lyman: No, no lo es.
- Sam Seaborn: La US Mint recibe cartas con céntimos pegados a una hoja de libreta. Cartas de ciudadanos que se encontraron céntimos en la calle y se los enviaron de vuelta para ayudar al Departamento del Tesoro a pagar la deuda nacional.
- Josh Lyman: Es dificil de creer que ese plan no haya funcionado.
- Sam Seaborn: También es malo para el medio ambiente. Su producción requiere la extración de millones de toneladas de cobre y zinc al año.
- Josh Lyman: ¿Zinc?
- Sam Seaborn: En 1982, cambiaron la composición a 97,5% de zinc y sólo 2,5% de cobre.
En 2001, la falta de poder adquisivo de la moneda de 1 céntimo, su falta de circulación y el daño para el medio ambiente ocasionado por su producción eran los principales argumentos para el cese de su fabricación, hoy en día esas ideas se han visto amplificadas y seguida por otras, tanto económicas como de otros tipos.
Por ejemplo, el informe anual de 2019 de la US Mint relata que, ese año, fabricar una moneda de 1 céntimo costaba 1,99 céntimos. Teniendo en cuenta que la producción de Lincoln Pennies de ese año estuvo rondado los 8.000 millones de monedas, o el 58,7% de la producción total, eso significa una pérdida de unos 30 millones de dólares según ese mismo informe.
Además, teniendo en cuenta que el salario mediano en Estados Unidos era de 19,14 dólares/hora en 2019, un estadounidense tarda, en promedio, 1,88 segundos en ganar un céntimo. Si en una compra cualquiera, ese mismo estadounidense tarda más de 1,88 segundos en sacar un céntimo de su cartera y dárselo al dependiente, está perdiendo dinero. En 2006, se calculó cuanto pierde exactamente, y se llegó a la conclusión de que cada persona perdía 3,65 dólares al año, o un total combinado para toda la población de más de 1.000 millones anuales.
La producción anual de la moneda de 1 céntimo estadounidense está entre los 5.000 y los 9.000 millones de piezas, con picos en 1996 y 2000 de más de 13.000 millones. Todas esas monedas tienen que ser transportadas a lo largo y ancho del país, y almacenadas en las cajas fuertes de las sucursales bancarias americanas. Eso implica un gasto en combustible, personal y en otras muchas cosas más que también tiene que ser contado.
Finalmente, existen otras consideraciones no económicas. Las monedas hechas desde 1982 están fabricadas en una aleación en la que el 97,5% es zinc. El zinc es dañino en bebés de hasta 6 meses cuando sus cuerpos absorven más de 4 mg diarios. Un Lincoln Penny pesa 2,5 gramos, lo que significa que si un bebé se come una, está ingiriendo 2,43 gramos. Esto puede ocasionar anemias o úlceras. Y se han dado casos de mascotas que han muerto al tragarse por accidente una moneda de éstas.
Podría seguir escribiendo más razones históricas y sociales, como que en 1857 ya se retiró de circulación la moneda de medio céntimo, o que países como Canadá o Australia ya lo han retirado. Pero todo lo que diga lo dijo mejor John Oliver en un segmento de 2015 de su programa de HBO Last Week Tonight (en inglés)
Por qué el Lincoln Penny no ha sido retirado todavía
Pues por una única razón: hay dos grandes grupos que empujan porque el céntimo no sea eliminado.
El primer grupo es un lobby de Washington DC financiado en gran parte por la compañía que fabrica en exclusiva el cospel de la moneda (el disco de metal en blanco) de un céntimo, la Jarden Zinc Corporation. Como principal beneficiario económico de la producción de céntimos, tanto Jarden como su lobby ponen en la mesa dos principales argumentos para mantener el penny en el cono monetario estadounidense.
La primera idea es que la eliminación del céntimo provocará un redondeo hacia arriba de los precios, y esto se convertiría en una suerte de impuesto al redondeo que afectaría desproporcionadamente a las clases bajas estadounidenses, y que se calcula que en el año 2000 hubiera sido de unos 600 millones de dólares.
Su segundo argumento es que si se elimina el penny, habría que aumentar la producción del nickel, la moneda de 5 céntimos de dólar. Según el informe de la US Mint de 2019, la producción de la pieza de 5 céntimos cuesta 7,62 céntimos, y por tanto la pérdida por pieza es mayor en el nickel que en el penny. Las pérdidas en la producción del nickel de la US Mint, que fueron de 43 millones de dólares ese año 2019, serían mucho mayores. Sin embargo, el nickel sí es usado regularmente por los ciudadanos norteamericanos.
Personalmente, ambos argumentos me parecen contradictorios. La única manera de que el nickel se use más es si el redondeo en los precios se hace para abajo, no para arriba. Digamos que un producto vale 1,99 dólares. Si se elimina el céntimo y se redondea para abajo, pasará a valer 1,95. Entonces sí se usaría el nickel, pero eso negaría su primer argumento. Si se redondea hacia arriba, serían 2 dólares, y se pagaría con un billete de 2 dólares, o, más probablemente, con uno de 5 dólares, que por cierto, también tiene un retrato de Abraham Lincoln, negando su segundo argumento.
Y el billete de 5 dólares me lleva al segundo grupo de defensores del céntimo: los fans de Lincoln, capitaneados por la Biblioteca Presidencial de Abraham Lincoln. Quieren seguir viendo a su amado presidente en las monedas, y dicen que van a luchar por ello, como se puede ver en el video de John Oliver. Evidentemente, no tienen tanto poder ni alcance como los lobbies de Washington, pero ahí están dando la murga.
En Europa tenemos un debate muy similar con las monedas de 1 y 2 céntimos de euro. De hecho, países como Finlandia ya las han eliminado de la circulación, acuñando anualmente sólo una pequeña cantidad destinada al coleccionismo. ¿Tú que harías con ellas, las eliminarías o las dejarías? Dímelo en un comentario aquí abajo.
quien desprecia la calderilla se muere pobre