En ColeMone, una vez al mes, dedicamos una entrada a explicar conceptos básicos en una suerte de glosario numismático. Hoy, vamos a ver un caso especial de monedas que acaban teniendo un valor diferente al de la moneda original: las mondeas con resello. Veremos qué es un resello, qué tipos de resello hay, y cómo distinguir un resello verdadero de uno falso.
Definición de Resello
En numismática, un resello es una marca hecha en una moneda por un gobierno, ya sea local, estatal, o colonial, que indica que el valor de una moneda fue cambiado. Puede ser que se cambie el valor facial de una moneda propia (por ejemplo, 4 maravedís pasan a ser 2 maravedís), o que se cambie la divisa de una moneda extranjera (8 reales españoles pasan a ser reales brasileños).
¿Para qué se usaban los resellos?
Pues los resellos se usaban, fundamentalmente, para dos cosas: introducir moneda extranjera cuando había escasez de piezas de circulación, y para devaluar una moneda o aumentar su valor.
Veamos estos casos en profundidad:
Para introducir moneda extranjera cuando había escasez
Estos 8 reales españoles fueron acuñados en Potosí (hoy Bolivia) en 1803, y son un ejemplo de un cambio de divisa a través de un resello. En el anverso, presentan un resello correspondiente a la ciudad con el gracioso nombre de Piratini, en Brasil, que cambia la divisa de la moneda a reales brasileños. Fue hecho en 1835, en los primeros compases de la Guerra de los Farrapos, que vio como la República Riograndense, al sur del país y con capital en la propia Piratini, se independizaba unilateralmente de Brasil, reintengrándose de nuevo en 1845.
A efectos prácticos, lo que ese resello consigue es permitir que monedas extranjeras circulen por un territorio determinado, aumentando la cantidad de dinero en circulación. Esto se hacía cuando no había suficientes monedas para garantizar un comercio interno viable, o cuando la población desconfiaba de la moneda local porque no era lo suficientemente fuerte.
Para devaluar o aumentar el valor de una moneda
En cuanto al caso en el que un resello cambia el valor de una moneda de un territorio emitida por ese mismo territorio, tenemos varios casos clarísimos durante el reinado de Felipe IV de España, que tuvo varios periodos de inestabilidad económica causada por guerras y rebeliones varias. La situación causó, al menos, 5 periodos diferentes en las que las monedas de la península fueron reselladas.
En 1641, con el impacto económico de la guerra contra Francia y las rebeliones simultáneas de Cataluña y de Portugal (entonces en unión personal con Castilla), Felipe IV ordena el cambio de valor facial de las monedas de cobre a través de resellos. La que ves arriba, 8 maravedís acuñados en Segovia en 1619, pasa a ser de 12 maravedís, indicado con la impresión de un XII gigante en el anverso, y del año 1642 en el reverso.
Lo que se conseguía era la creación artificial de dinero a través de la devaluación. De repente, y aunque la cantidad de cobre era la misma, la moneda valía un 33% más. Eso significaba que cuando la moneda entraba en las arcas del Estado, Hacienda recaudaba más, pudiendo convertir mucho más facilmente estas monedas de cobre en monedas de oro y plata, cuyo valor facial no había sido cambiado.
O dicho de otra manera: en 1642, un real de plata equivalía a 45 maravedís. Antes del resello, hacían falta 5 monedas de 8 maravedís para hacer un real. Con el resello, solo hacían falta 4 monedas, y te sobraban 3 maravedís: el estado podía generar ahora más reales de plata con la misma cantidad de monedas de cobre.
Cómo distinguir un resello verdadero de uno falso
1 – Dale la vuelta a la moneda y mira si hay una parte sin dibujo
Aunque lo lógico al ver un resello es fijarse en eso, el propio resello, la primera clave para identificar si un resello es verdadero o falso está en la otra cara de la moneda.
Para acuñar un resello, tradicionalmente, lo que se hacía era poner un cuño con el resello sobre la moneda y pegarle un martillazo para que el dibujo del cuño quedara impreso sobre el material del cospel de la moneda.
Y cuando el resello es impreso en la moneda, la mayoría de las veces, la fuerza dada al cuño tiene un impacto en la otra cara de la moneda, borrando parte de su dibujo.
Esto se ve muy bien, por ejemplo, en este peso chileno acuñado en Santiago de Chile en 1834, y resellado con las iniciales de Isabel II para su circulación en Filipinas.
Aunque es cierto que esto no pasa en el 100% de los resellos, sí se puede ver en un amplísimo número de ellos. En tantos, que se puede considerar un indicador de verosimilitud bastante fiable.
2 – Compara el resello con otros resellos
Como siempre a la hora de intentar verficar una moneda, lo mejor que puedes hacer es comparar el diseño del resello con otro del que sepas a ciencia cierta que es verdadero.
Por ejemplo, compara estos dos resellos portugueses indicando un valor de 870 réis, puestos sobre dos monedas de 8 reales de Carlos IV. El de la derecha, sobre la moneda de 1805, es verdadero. El de la izquierda, sobre la moneda de 1806, es falso. Se puede distinguir por las líneas que aparecen en los 5 escudos del centro, así como en la forma de la corona, mucho más cruda.
Pero, como siempre, lo mejor es acudir a un profesional para asegurarse en caso de duda. Si no estás seguro, mejor preguntar que quedarte con la mosca detrás de la oreja.
Por cierto, existen dos tipos más de resellos, el político y el de publicidad. Pero, ya que estos no fueron hechos por gobiernos u organismos oficiales, los dejaré para otra entrada.
Buena entrada y además, contento de volver a leerte.
Gracias Crufel! Contento de verte por aquí 🙂
Me ha parecido un buen artículo y sumamente interesante. Felicidades
Me alegro mucho de que te gustara! Gracias por leerlo y por el piropo.