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Las monedas circulantes de San Marino de 1983 son especialmente escalofriantes, y ya no solo por su diseño. Y es que avanzaron -sin quererlo- lo que estuvo a punto de pasar a finales de ese año: una guerra nuclear.
En 1983 el mundo estuvo en el momento más cercano a la guerra nuclear desde la Crisis de los Misiles de Cuba. Y fue tan peligroso como ese.
Hoy, aprovechamos las monedas de San Marino para ver uno de los episodios de la Guerra Fría más acongojantes, y a la vez menos explorados (casi todos los documentos relevantes fueron desclasificados entre 2015 y 2021): Able Archer 83.
Ronald Reagan y el Imperio del Mal
En lo que respecta a los comunistas, Ronald Reagan era un tío implacable.
El 8 de marzo de 1983, el presidente de Estados Unidos pronunció uno de sus discursos más recordados: el del Imperio del Mal.
En él, Reagan argumentaba que aquellos que pensaran que Estados Unidos y la Unión Soviética estaban moralmente a la misma altura estaban equivocados:
“En sus discusiones de las propuestas de moratoria nuclear, los llamo a que tengan cuidado con la tentación del orgullo, la tentación de alegremente declararse ustedes por encima de todo y etiquetar a ambas partes como igualmente en falta, ignorar los hechos de la historia y los impulsos agresivos de un imperio del mal, simplemente llamar a la carrera armamentística un gigantesco malentendido y por lo tanto apartarse ustedes de la lucha entre lo correcto y lo incorrecto y entre el bien y el mal”
El párrafo clave del discurso (Traducción de Wikipedia)
El discurso del Imperio del Mal era una réplica al anuncio del envío de misiles nucleares Pershing II, capaces de alcanzar Rusia en menos de 10 minutos, a Alemania Occidental como respuesta al posicionamiento de misiles soviéticos en Europa del Este. Y en él, se llamaba la atención a la larguísima lista de crímenes soviéticos.
Nueve meses antes, Ronald ya había dicho en otra alocución ante el Parlamento Británico que la Unión Soviética acabaría en las «cenizas de la historia», jugando la carta reversa del UNO con un discurso de Trotski.
Como te puedes imaginar, todo esto no sentó nada bien en la Unión Soviética.
Andropov, el paranoico
Durante los años 70, el liderazgo de la URSS se estaba dando cuenta de que el mundo comunista estaba quedándose por detrás del mundo libre en campos tan dispares como el tecnológico, el económico o el geopolítico.
A los altos cargos comunistas de la época se les conoce hoy como el “liderazgo geriátrico”.
Eran señores de avanzada edad que aún recordaban los horrores de la invasión por sorpresa nazi de Rusia en 1941. Eso los había imbuido de una paranoia que permeaba, sin prisa pero sin pausa, todas las capas del gobierno soviético.
Y el peor de todos era Yuri Andropov, ex-Director de la KGB, Secretario General del Partido y líder supremo de la URSS. El equivalente de Reagan en la URSS.
Como líder del KGB, ya le había tocado lidiar con una serie de momentos peliagudos cuyas repercusiones, en su cabeza, se verían multiplicadas por sus experiencias durante la invasión nazi de Alemania y la invasión rusa de Hungría, donde ejercía de embajador en aquel momento, y donde vio personalmente a los agentes soviéticos colgados de las farolas.
El resultado es Andropov estaba convencido de que los Estados Unidos atacarían la Unión Soviética. Y lo harían más pronto que tarde.
Así que en 1981, en su posición de líder del KGB, comenzó la Operación RYaN, que continuaría activa durante el año y medio que estuvo en la cumbre del poder soviético antes de morir, desde que ascendió en noviembre del 82 hasta que falleció en febrero del 84.
La Operación RYaN y el ordenador del fin del mundo
El nombre de la operación, RYaN, no es más que las iniciales de la frase rusa Raketno-Yadernoe Napadenie. En español, “Ataque con Misil Nuclear”.
El plan era uno de esos que son típicamente sencillos de proponer, pero difíciles de ejecutar.
Simplificando, se trataba de pivotar el foco del servicio de espionaje exterior de la KGB a monitorear las posibles preparaciones de los Estados Unidos y de sus aliados para una guerra nuclear.
Y eso incluía cosas lógicas, como estar pendientes de los silos de misiles, de los búnkeres nucleares y de la gente que tenía poder de decisión para lanzar la bomba.
Pero también, otras cosas que no son obvias en un primer momento, como la vigilancia de los bancos de sangre, y de los máximos mandatarios de bancos e iglesias, y de movimientos de joyas y cuadros importantes.
Todos esos datos eran cuantificados, y metidos en un programa de ordenador llamado VRYAN, que calculaba de 0 a 100 la paridad relativa entre ambas superpotencias, con 100 siendo una paridad completa. Si esa paridad bajaba de 60 a favor de Estados Unidos, la KGB creía que la posibilidad de que Estados Unidos atacara por sorpresa crecía alarmantemente.
Si bajaba de 40, la Unión Sovética estaría tan débil que tendría que atacar preventivamente.
La verdadera sorpresa es que, a mediados de 1983, el ordenador estaba calculando que la paridad era de 45. Y cayendo.
El mundo se da cuenta
El 17 de febrero de 1983, días después del anuncio del traslado de los Pershing II a Europa, los soviéticos se convencen de que el apocalípsis está más cerca que nunca. Y se da la orden de que la Operación RYaN tome prioridad absoluta.
Cuatro días después de esa orden, y quince después del discurso del Imperio del Mal, Reagan desvelaría su Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), más conocida como Star Wars, que, dicho simple y llanamente, eran satélites con láseres capaces de destruir un misil balístico intercontinental desde el espacio.
Y Andropov pierde los estribos completamente.
Bajo el disfraz de una entrevista con un periodista del Pravda, diario oficial del régimen, Andropov acusa a Reagan, públicamente y entre exabruptos, de intentar buscar una ventaja estratégica definitiva para ganar una guerra nuclear.
A primera vista, incluso los profanos podrían encontrarlo atractivo, ya que el Presidente habla sobre lo que parecen ser medidas defensivas. En realidad, las fuerzas ofensivas estratégicas de Estados Unidos seguirán siendo desarrolladas y mejoradas a toda velocidad y siguiendo una línea bastante definida, es decir, la de adquirir una capacidad de ataque nuclear preventivo.
Yuri Andropov, al Pravda. Traducción de ChatGPT.
En ese momento pasan dos cosas:
- Es una de las pocas veces que se ha roto el tabú internacional por el que un jefe de estado no habla nunca del uso de armas nucleares.
- El mundo se da cuenta de que el peligro de un intercambio nuclear está aumentando considerablemente.
Pero ojo, en este momento, Estados Unidos aún no es consciente del verdadero estado mental de los jerifaltes comunistas, ni de la paranoia que los rodea.
Escalada: una ristra de incidentes
En este contexto de tensión supina, comienzan a suceder una serie de incidentes -unos a propósito, otros no-, que empeoran dramáticamente la situación.
Son muchos, algunos muy pequeños, tantos que casi pasaron desapercibidos. Son del tipo de momentos equivalentes a cuando te cortas con una hoja de papel. Por uno solo, no pasa nada. Dos, tampoco. Pero un millón a la vez, y morirás desangrado.
A esos, añade otros cuatro incidentes que en vez de cortes de papel, son rebanamientos con hacha.
FleetEx ’83
El 23 de marzo, la marina de Estados Unidos da comienzo al ejercicio FleetEx ’83. Más de cuarenta navíos de varias naciones, incluidos tres portaaviones, practican operaciones combinadas en las aguas de Alaska y de las Islas Aleutianas.
En principio, parecía ser un ejercicio militar normal y corriente, como los que todos los años realizan casi todas las marinas y ejércitos del mundo. Quizá más grade de lo común, pero normal y corriente.
Lo que ya no fue tan normal y corriente es las operaciones de guerra psicológica que llevaron a cabo. Varios aviones norteamericanos volaron sobre las islas Kuriles, territorio soviético, para practicar bombardeos. Y los soviéticos no los detectaron hasta que ya estaba saliendo de su espacio aéreo.
El castigo a los comandantes rusos responsables fue contundente.
El Vuelo 007 de Korean Airlines
El 1 de septiembre de 1983, un Boeing 747 de Korean Airlines que iba de Nueva York a Seúl, pasando por Alaska, se perdió por el camino.
Y sin quererlo, entró en el espacio aéreo soviético.
Los radares soviéticos creyeron que se trataba de un avión espía estadounidense, y se dio la orden de interceptarlo. Los comandantes responsables tenían miedo de que fuera a pasar otro incidente como el de FleetEx, así que sobrecompensaron.
Cuando los cazas SU-15 rusos alcanzaron el Jumbo, vieron que era, pues eso, un Jumbo. Tras varios disparos de advertencia, un misil aire-aire lo derribó.
Murieron 269 personas, la mayoría surcoreanos. Pero también 62 estadounidenses.
El cruce de declaraciones entre ambas superpotencias fue brutal. Unos llamaron asesinos a los otros, los otros dijeron que era un incidente planeado para justificar la instalación de armas nucleares en Europa.
Por culpa de esta tragedia, tenemos GPS gratis hoy en día, por cierto.
Oko
El 25 de septiembre, solo unos días después del derribo del Vuelo 007, unas luces se iluminaron en el búnker Serpukhov-15, cerca de Moscú.
Primero se iluminó una. Luego otra. Y otra. Y dos más.
Esas luces estaban en el ordenador del sistema de alerta temprana de ataque nuclear de la fuerza aérea soviética, cuyo nombre en clave era Oko.
Cada un luz significaba que un misil nuclear intercontinental estadounidense estaba viajando a la URSS.
El teniente coronel Stanislav Petrov está de guardia en el búnker, y ve las luces. En unos segundos, tiene que decidir si informar a sus superiores e iniciar una guerra nuclear, o decidir que es una falsa alarma, equivocarse y permitir un infierno nuclear.
Y decide que es una falsa alarma: no se empieza una guerra nuclear con 5 misiles.
Gracias al cielo, tuvo razón.
El error se produjo cuando los rayos de luz del sol rebotaron en una capa de nubes e impactaron con un ángulo raro en los sensores de los satélites del sistema de alerta temprana.
Por salvar al mundo, Petrov fue premiado con una degradación laboral por no haber informado a sus superiores de las luces y no dejar que fueran ellos quienes tomaran la decisión.
La invasión de Granada
En 1979, en la pequeña isla caribeña de Granada, hubo un golpe de estado comunista.
Y Estados Unidos temía que, gracias al nuevo gobierno, Cuba y la Unión Soviética usaran el país como base de operaciones avanzadas en un hipotético ataque contra ellos.
Así que, usando como excusa la acusación de que el nuevo aeropuerto internacional que estaban construyendo serviría de base aérea para bombarderos soviéticos, los EEUU invaden Granada el 25 de octubre de 1983.
En 4 días, el gobierno comunista había sido derrocado, y las tropas americanas ya habían abandonado la isla.
La Asamblea General de la ONU condenó la invasión con una votación con un resultado de 108-9.
Las protestas soviéticas fueron ensordecedoras. Pero eso de que iban a usar la isla como base de operaciones, pues era verdad.
Y, así, llegamos al 7 de noviembre de 1983.
Able Archer 83: Polnaia
Al igual que los Estados Unidos con su sistema DEFCON, los soviéticos tenían una escala de 4 niveles para transicionar el estado de preparación para combate de sus fuerzas militares de paz a guerra. El nivel más grave, el de guerra total, era conocido como Polnaia.
El nivel Polnaia estaba dividido en dos subniveles: guerra inminente y guerra en curso.
El 7 de noviembre de 1983, las fuerzas soviéticas estaban en Polnaia, subnivel guerra inminente.
Ese día, dio comienzo el ejercicio militar más grande y realista de la OTAN en Europa hasta aquella fecha: Able Archer 83.
El objetivo era probar el sistema de transición de guerra convencional a guerra nuclear. Y había muchas novedades no vistas en maniobras similares anteriores, como el transporte en silencio de radio de 19.000 soldados estadounidenses a Europa en 170 vuelos diferentes, el movimiento de la Comandancia Aliada de Bruselas al Cuartel General Secreto, o la participación de presidentes y primeros ministros de paises aliados.
El escenario
Es habitual que los ejercicios militares a gran escala estén basados en un escenario geopolítico concreto.
El escenario de guerra en el que se basaba Able Archer 83 enfrentaba a una Alianza Azul (OTAN) contra una Alianza Naranja (Pacto de Varsovia).
Comenzaba con el cambio de bando de Yugoslavia, que se aliaba con la OTAN. En represalia, el Pacto de Varsovia iniciaba o escalaba las guerras por proxy de Irán, Yemén y Siria hasta que inevitablemente se producía una confrontación abierta entre alianzas.
La guerra abierta se iniciaba con la invasión soviética de Finlandia, Noruega, y Alemania Occidental tres días antes del comienzo del ejercicio.
Un día antes del ejercicio, la Alianza Naranja usaba armas químicas de forma masiva diezmando las tropas azules, y avanzaba rápidamente por Europa, introduciendo sus fuerzas de ocupación.
Ante ese panorama, el primer día del ejercicio comenzaba con el SACEUR de la OTAN (el Comandante Supremo Aliado en Europa) pidiendo permiso para usar armas nucleares.
La reacción soviética
Así que, justo cuando los servicios secretos soviéticos están buscando señales de un posible ataque nuclear por sorpresa, va la OTAN y, sin saber eso, se pone a simular uno de la manera más realista posible.
Tan realista que los soviéticos pensaron de verdad que el momento había llegado.
De hecho, los ejercicios comunistas siempre asumieron que las preparaciones para una hipotética invasión de la OTAN se disfrazaría de práctica militar.
Y su reacción fue colocar sus tropas, tanto convencionales como nucleares, en el nivel Poltaia. Se estaban preparando para una guerra total.
Incluso llegaron a cargar 100 bombarderos con bombas nucleares, con un piloto siempre cerca para despegar en cuestión de segundos desde la detección del primer misil aliado. O a cancelar todos los vuelos militares para tener el máximo número de aviones posibles para defensa aérea.
Cooler Heads Will Prevail
En el inglés estadounidense hay un dicho que se suele aplicar siempre que hay un peligro elevado de guerra nuclear: Cooler heads will prevail. En español, «las cabezas más frías predominarán«.
Y así sucedió en el caso de Able Archer 83.
Estados Unidos, cuando se detectaron los movimientos y las preparaciones nucleares de las tropas soviéticas, se rascó la cabeza en confusión y preocupación. Siempre había habido algún tipo de reacción a los ejercicios Able Archer, pero nunca había llegado a una preparación real para una conflagración.
Aún así, sin saber el alcance real de la paranoia soviética, decidieron no poner sus propias fuerzas nucleares en alerta ni responder de ninguna otra manera a las preparaciones rusas, y continuar el ejercicio como si nada. Tenían la esperanza de que cuando finalizara el 11 de noviembre las aguas volvieran a su cauce.
Y así fue: la URSS no lanzó un ataque nuclear preventivo, y cuando el ejercicio terminó, el nivel de preparación de tropas fue relajado.
La crisis había terminado.
La revelación
En el momento, la comunidad de inteligencia de Estados Unidos no fue capaz de ver al nivel al que había llegado el miedo soviético a un ataque nuclear por sorpresa. Todas las crisis de las que hemos hablado aquí fueron manejadas de manera individual.
Como si estuvieran apagando fuegos aquí y allá, pero no supieran que hay un pirómano suelto.
No fue hasta el año 1990 que alguien de la CIA se puso a investigar qué había pasado exactamente. Ese alguien ató cabos y escribió un informe que no fue desclasificado hasta 2015.
Por el lado soviético, los documentos relativos a Able Archer 83 fueron abiertos al público en 2018. Hace dos días, como quien dice.
Las monedas de San Marino de 1983 y su valor
Aunque no fuera hasta hace nada cuando supimos el riesgo real del momento, ya en 1983 la opinión pública mundial tenía cierta idea de que ese año había sido muy peliagudo.
Las nueve monedas de la serie de San Marino de ese año (con las que he ido salpimentando este artículo), y los espeluznantes diseños del escultor italiano Agenore Fabri que presentan, surgen de esa percepción de desastre inminente prevalente en el zeitgeist de la época.
Hoy en día, el valor de la cartera de con toda la serie de monedas de San Marino de 1983 está entre los 20 y los 30 euros. E, individualmente, cada moneda puede valer entre 1 y 2 euros en estado Sin Circular.
A pesar de su curioso pero acongojante diseño, estas monedas son casi completamente desconocidas para la mayoría de coleccionistas, de ahí que salgan tan baratas.
Por cierto, las de 1983 ya no se venden en ceca, pero en su momento escribí un artículo contando cómo comprar monedas de San Marino en su tienda.
Hola,
Muchas gracias por las fotos de las monedas, son muy curiosas, lástima que no hables de ellas en la entrada. También es de agradecer la referencia a algunos hechos históricos que se suelen omitir en medios occidentales. Lo que creo que no es de recibo es el tono antisovietico y pro Reagan nada disimulado, empezando por la «gerontocracia enloquecida» y siguiendo por el Andropov «febril» que era… Tres años más joven que Reagan!!!. Ejem. O las «terribles» consecuencias para los vigilantes soviéticos que, una vez leído el enlace -que prácticamente está «fusilado» en este articulo- se sabe que fueron ser despedidos. Ejem, ejem. O los comentarios sobre la crisis cubana y la omisión a los misiles americanos instalados en Turquía que fueron la causa real de la instalación en Cuba. EEUU y la OTAN han demostrado a lo largo de toda su historia una clara actitud agresiva hacia cualquier país del mundo que se ha salido de su órbita y su total falta de escrúpulos a la hora de combatirlos por cualquier medio. Lo de Reagan hablando del imperio del mal ante un grupo de fanáticos evangelistas y sus actuaciones posteriores -el simulacro, la política Star Wars, la invasión de la isla de Granada- justifican más que sobradamente las preocupaciones soviéticas. Reagan no era más que el póster de una ultraderecha -yo creo que gestionada por Bush sr. y otros halcones de la CIA- que con sus políticas tanto económicas, sociales o diplomáticas creo las condiciones para este mundo enloquecido. Realmente no encuentro nada encomiable ni en su vida ni en su actuación política, ya desde su trabajo como soplón del FBI de Hoover en Hollywood o como títere de Wall Street en la Casa Blanca. Un tipo despreciable al que solo puede mejorar la comparación con los subsiguientes Bush Jr y Trump. En cualquier caso honor y gloria a Stanislav Petrov el verdadero héroe de esta historia y al sistema que posibilitó que un soldado tuviese los conocimientos suficientes y la valentía para tomar las decisiones adecuadas en el momento justo. Me imagino al sargento Morgan en Texas «viendo» cinco misiles procedentes del imperio del mal volando hacia Wisconsin en el monitor y su reacción… Un saludo.
Hola Julio,
Con el mismo artículo tú me llamas reaganista, otros me llaman comunista.
Mira, te escribo esto desde el salón/dormitorio de una kruschenka de 28 metros cuadrados en la capital un país que fue ocupado por la Unión Soviética. Tener un piso más grande, si no tenías familia, era de burgueses. Y tener una cama que no tuviera que hacer de sofá durante el día, también era de burgueses.
Tengo una pareja con partida de nacimiento de la Unión Soviética, y un suegro al que le tocó servir en un cuerpo de artillería del Ejército Rojo. Te podría contar mil cosas de primera mano sobre la URSS.
Te podría contar cómo en ese «»»»»»»paraíso de los trabajadores»»»»»»» la gente normal no vio una ni una mandarina ni un plátano hasta los años 80, y de lo caros que eran, solo se comían por Navidad. O cómo, si fueras hippy o punkarra, te mandaban al psiquiátrico sin fecha de salida. O cómo la gente tenía que hacer contrabando de música grabando radiografías.
Pero no creo que estés interesado. Al leer tu última frase, sé perfectamente que lo único que has hecho ha sido leer cosas de tu burbuja pro-comunista sobre la URSS, y que nunca has hablado con nadie que viviera en ella.
Pero créeme cuando te digo que ese sistema no posibilitó nada. Todo lo contrario. Dejando a parte la larga lista de crímenes soviéticos, el comunismo ruso era un sistema que, activamente, demolía a los mejores. Si no, pregúntale a los doctores de Stalin. ¿Qué va a posibilitar, si al propio Petrov le echaron la bronca y lo relevaron del puesto?
Por otro lado, veo que como buen discípulo soviético, tergiversas y mientes sobre lo que escribo. En ningún momento he escrito ni «febril» ni «gerontocracia enloquecida». Eso te lo has sacado tú de la manga.
Y por supuesto, también se destila en tu comentario el autoritarismo soviético, dicéndome lo que tengo que escribir sobre las monedas y lo que no. La realidad es que los datos importantes de las monedas están mencionados, lo interesante de ellas es el contexto. O sobre lo que tengo que escribir sobre la crisis de Cuba, cuando simplemente la menciono y no toco absolutamente nada de ella.
Sí te compro que «terrible» es una palabra demasiado dura para los despidos. La cambio.
Y mira, ni Estados Unidos ni Reagan fueron santos. Si sales de tu burbuja de extremos en la que poner a parir a la URSS es ser fanático americano, verás que también los pongo a caer de un guindo.
Ahora, soltar teorías de la conspiración sin probar, y defender un régimen que causó la muerte y destrucción de decenas de millones de personas, incluyendo invasiones, genocidios y limpiezas étnicas varias, pues clama al cielo. Es que ni los rusos defienden a la Unión Soviética, hasta Putin dijo que quien la «quiera de vuelta no tiene cerebro».
Es más, flipo que en el siglo XXI aún estemos defendiendo ningún tipo de totalitarismo.
Un saludo.
Francisco
Gran manera de relacionar esta serie de monedas poco conocidas con un momento tan interesante y dramatico, muy bueno.
Saludos desde Bs As
Gustavo
Hola Gustavo,
Me alegro de que te haya gustado! Muchas gracias por comentar.
Un saludo.
Compartro todo lo que dices Francisco. Yo viví la epoca inmediatamente de desmoronarse la Unión Sovietica en Varsovia y te puedo asegurar que los polacos se intieron casi mas humillados por los sovieticos que por los nazis. Los transformaron en un pueblo semi esclavo; siempre con racionamiento de las cosas de primera necesidad, etc. Sobre la «anécdota» de que no existian camas, yo lo viví en mis propias carnes, tuve que comprar un sofá cama como si fuera cama de matrimonio, durante el día habia que recogerla porque ocupaba toda la habitación etc. Yo vivia enfrente del Palacio de Cultura (supuestamente en el corazón de Varsovia). En esa época no conocián ni el agua mineral, ni los Klinex, ni los mariscos. Al paro lo llamaban «paro técnico», es decir el paro no existia (te mandaban a casa y del sueldo de los que trabajaban en esa fabrica se reducía para repartir entre los demás). Los trabajadores no tenían iniciativa ninguna porque el Partido era el dueño y señor (para que iban a trabajar si no iban a promocionar nunca). En aquella época las naranjas costaban 2000 pesetas el kilo en un mercado de Varsovia (creo que se llamaba mercado de Poznan). Te puedo contar mil anecdotas, pero creo que no es el sitio. Perdón por mi atrevimiento, pero me duele la ignorancia de otros. Esto no es politica, es historia.
Atrevimiento ninguno, Jesús! Muchas gracias por el comentario, siempre es interesante escuchar experiencias de primera mano en otros. Parece que tu historia en Varsovia es muy parecida a la que que me cuentan los locales aquí en Estonia.