Moneda de 2 Pesetas de 1982: Valor e Historia

Sin lugar a dudas, una de las monedas más incomprendidas y olvidadas del siglo XX es la moneda de 2 pesetas de Juan Carlos I. Hoy vamos a intentar remediar un pelín la situación y hablemos de la primera de las dos piezas de 2 pelas que se emitieron en el reinado del Campechano: la moneda de 2 pesetas de 1982, y veamos su valor y, sobre todo, su historia.

¿Por qué se emitió esta moneda?

Las circunstancias del nacimiento de la moneda de 2 pesetas son muy similares a la de la moneda dorada de 100 pesetas de 1982. Sin embargo, la recepción y el destino de ambas piezas no podrían ser más diferentes.

Decía en el artículo de las 100 pesetas que, a principios de los años 80, el cono monetario español era un verdadero desastre. Entre la ristra de problemas que cita el mismísimo BOE, aparecen:

• Existencia de una pieza de cincuenta céntimos prácticamente sin valor adquisitivo y ninguna utilidad.
• Existencia de una pieza de una peseta con una calidad de aleación totalmente incompatible con el valor efectivo actual de dicha moneda (es decir, que valía más el metal que la moneda).
• Monedas de veinticinco y cincuenta pesetas con inscripciones realzadas en su canto no acordes con la Ley 33/1981 del Escudo de España (aún aparecía el «Una, Grande y Libre»).
• Imposibilidad, dentro de la estructura del sistema, de introducir cuando fuera preciso piezas de mayor valor.
• Existencia de una pieza de cien pesetas con un tamaño tan grande que la hace sumamente incómoda para las transacciones, aunque fuera imprescindible.

Y el que más nos incumbe hoy:

• La inexistencia de las piezas de dos y diez pesetas previstas en la Ley 10/1975, lo que originaba una circulación de las piezas de una y cinco pesetas muy superior a la que sería precisa de existir tales piezas.

Así que, para solucionar todos estos incovenientes, en 1982 se decide ajustar el sistema monetario existente con la introducción de nuevas monedas, que acompañarían, pero no sustituirían, al sistema que estaba en funcionamiento, que aún incluía las monedas de Franco y que no sería retirado completamente hasta 1997.

Este ajuste incluía, por fin, el lanzamiento de las dos monedas faltantes en el cono monetario: la de 2 pesetas y la de 10 pesetas. Y ambas monedas, pero especialmente la primera, acabaron por ser totalmente incomprendidas.

Una moneda incomprendida

Uno de mis primeros recuerdos relacionados con monedas tiene que ver, precisamente, con las 2 pesetas. Debía de tener yo cuatro o cinco años (nací en el 86), y mi padre me enseñó una moneda de 2 pesetas y me dijo algo así como… «Mira qué moneda tan rara«. Y me la dio para que la guardara.

Exploraremos más en profundidad las razones detrás de la debacle que supuso su emisión en un futuro artículo sobre la segunda y última moneda de este tipo, las 2 pesetas de 1984. Pero, por ahora, diré que este recuerdo mío es un síntoma de lo que pasó con estas monedas cuando salieron a circulación.

Esa debacle se produjo por tres grandes razones:

• Cuando salieron, las 2 pesetas de 1982 apenas tenían ya poder adquisitivo.
• El diseño era demasiado diferente al de resto de monedas.
• Los españoles ya no estaban acustumbrados a manejar monedas de 2 pesetas: la moneda de 2 pesetas inmediatamente anterior data de 1905, 77 años antes.

Una moneda diferente

Cuando se emitió, la moneda de 2 pesetas era una pieza bastante rompedora en comparación con el resto del sistema monetario español, tanto en el material utilizado como en el grabado que aparece en ella.

Y es que las 2 pesetas de 1982 fueron solo la segunda moneda de aluminio emitida durante el reinado de Juan Carlos I, tras la pieza de 50 céntimos heredada de Franco.

Además, la moneda de 2 pesetas de 1982 trajo una gran novedad en su diseño: fue la única moneda del primer cono monetario de Juan Carlos I en dejar de lado el escudo de España como motivo central de reverso, para incorporar un mapa del país (con las Canarias representadas de una manera un tanto diferente a lo que estamos acostumbrados a ver).

Pero tanta novedad trajo un problema: con su -relativamente- gran tamaño, su bajo peso y su diseño diferente, cuando las tenías la mano se sentían como si fueran monedas de un juego para niños. Esto, añadido al bajísimo poder adquisitivo que tenían ya cuando se emitieron (en 1982 la gasolina estaba a 80 pesetas el litro), hizo que pasara con ellas algo similar a lo que pasa hoy con las monedas rojas de euro: una vez que entraban en la cartera, solían ir a un cajón, a una hucha, o incluso a la basura.

La moneda de 2 pesetas se volvería a emitir en 1984, pero su inutilidad ya era a todas luces evidente, y esa sería la segunda y última vez que serían acuñadas.

Las presentaciones

En el momento en el que se emitió la moneda de 2 pesetas de 1982, la Casa de la Moneda había dejado de emitir presentaciones para coleccionistas, así que las 2 pesetas de 1982 solo se pueden conseguir sueltas, o en un cartucho de 50 monedas.

Es bastante habitual ver el cartucho a la venta a un precio de entre 4 y 6 euros.

¿Cuánto valen hoy las 2 pesetas de 1982?

El valor de la moneda de 2 pesetas de 1982 es prácticamente nulo. Hoy en día hay numismáticas que la venden en calidad Sin Circular, es decir, nuevecita y sin rayazos, por un precio que va entre los 40 céntimos y el euro. Así que, como te puedes imaginar, si la tuya está usada el único valor que tiene es el sentimental.

La razón de que las 2 pesetas de 1982 tengan un valor tan bajo es, precisamente, su poco uso y su bajo valor en el momento de su emisión. Tanto los numismáticos como los coleccionistas guardaron muchísimos rollos, y hoy la moneda está poco demandada y es facilísima de encontrar.