Cuando anuncié aquí hace unos días que había entrado a formar parte de la plantilla de Numismática La Dobla, pregunté en general si los lectores queríais que escribiera un pequeño diario contando mi experiencia como trabajador en una empresa numismática.
La recepción fue abrumadoramente positiva, así que aquí está el primer artículo de ese mini-jornal. Se me ha ocurrido que, antes de hablar de otras cosas en profundidad, podría empezar por el principio y contar cómo es mi día a día como numismático profesional.
(Llevo justo un mes en el puesto y aún se me hace rarísimo decir que soy numismático profesional, que conste).
Mi día básicamente se divide en dos grandes partes.
Parte 1: 8:30 hasta que pasa el reparto
La primera parte empieza a las 8:30, mi hora de entrada al trabajo y el momento en el que la tienda queda abierta. Básicamente se trata de mirar y organizar los emails y contestar los urgentes, y de preparar y enviar los pedidos hechos el día anterior en la tienda online. Mi compañero hace los de numismática histórica y yo hago los del bullion.
Aquí vino una de las primeras sorpresas que me llevé al empezar a trabajar en la numismática: los pedidos son una contrarreloj. Tienen que estar montados antes de que la gente de las empresas de reparto venga a buscar los paquetes, que puede ser a las 10 de la mañana o puede ser a la 1 de la tarde.
Y estarás pensando… pues qué problema. Date prisa y ya. Razón no te faltaría, pero hay días que tenemos semejante volumen de pedidos que es difícil llegar a tiempo. Por ejemplo, hoy, el del reparto pasó a las 10:30, y fue tan pronto que me quedó uno en el tintero, que se enviará mañana.
El tema es que con la prisa llegan los errores. Así que hay que andar con mil ojos para asegurarte de que no la pifias, porque cuando va una onza de plata mal enviada, pues ya está muy mal, pero como la cagues enviando una onza de oro a donde no es… pues hay dos cosas que se quedan: 2000 y pico pavos en el limbo y, a ti, cara de tonto.
Hasta el momento no nos ha pasado nunca, pero créeme que rezo todos los días -además de poner esos mil ojos- para que no me pase.
En este parte del día también suele entrar un paquete de algún proveedor. La semana pasada, por ejemplo, nos llegaron las primeras Águilas. Eso hay que recepcionarlo, actualizar el control de stock en la web, y, si vienen monedas que están en pre-venta, hacer más paquetes para clientes, lo que añade aún más carga a la vorágine de envíos.
Y claro, como te puedes imaginar, ese también es el momento en el que curioseamos (y a veces nos tentamos) un poco sobre las monedas nuevas, que al final uno es humano.
Parte 2: Desde que se va el reparto hasta las 14:30
Una vez que termina la vorágine de los pedidos me siento ya por fin en el ordenador, y contesto a los emails no urgentes. Eso me suele llevar entre 10 y 15 minutos.
Lo que viene después depende del día de la semana que sea. Por ejemplo:
- Los martes suelo echar un ojo a las novedades de bullion que están por salir y creo sus fichas de producto en la web de La Dobla Bullion (esta es mía, por ejemplo)
- Los miércoles escribo la newsletter de La Dobla Bullion
- Los viernes hago control de stock
Todo esto se ve interrumpido de vez en cuando por cosas tan de alto nivel como sesiones de estrategia de comunicación con Álvaro, el jefe, o cosas de tan bajo perfil como ir a buscar agua al supermercado (que, oye, al final somos literalmente cuatro en la tienda y aún no tenemos mayordomo).
Finalmente, cuando todo lo del día está hecho me pongo a subir anuncios a la tienda de La Dobla en MA-Shops. Más o menos los últimos 80 anuncios los he puesto yo. Afortunadamente es un proceso fácil y sencillo, aunque siempre hay que fijarse en que las fotos de las monedas sean las correctas y en que estés poniendo el precio que realmente le corresponde a la pieza.
Y así, hasta las 14:30, hora en que cierra la tienda hasta el día siguiente y me voy a casita.
Por cierto, igual te preguntas qué pasa cuando entra gente a la tienda.
Pues yo, de momento, no atiendo al público. Yo he sido profesor toda mi vida, y la verdad es que estar de cara al público es algo en lo que no tengo nada de experiencia. Y claro, una cosa es ponerte hablar con alguien, y otra cosa es dar un buen asesoramiento a medida del cliente. Hay intangibles ahí que solo se adquieren con la observación y la práctica, y es algo que estoy aún aprendiendo de mis compañeros, que lo hacen estupendamente.
Eso no quita, claro, que cuando el resto de compañeros estén ya ocupados y entre alguien más, no me toque salir del banquillo e ir a atender a esa persona. De momento solo he tenido que hacerlo una vez, con una persona que sabía lo que quería y que me lo hizo muy fácil.
Por supuesto, tampoco significa que si vienes a decirme hola a la tienda no te vaya a saludar, faltaría más. ¡Así que ven a saludarme!
Ya te digo, básicamente, este es mi día a día en mi puesto de trabajo. Como ves, en el fondo no difiere tanto de una tienda de cualquier otra cosa. La gran diferencia es que estoy trabajando rodeado de cosas que me apasionan, las monedas, y se me pasa el día volando.
Y, por supuesto, de vez en cuando acabo picando en alguna. Pero eso ya es tema para otra futura entrada de este diario.
Vale! Enhorabuena! A un día voy a visitar te! Me parece que hay vuelos directos de low cost! 👍
Muchas gracias, Sergio! Si algún dia vienes, aquí estaremos (pero aprovecha el viaje para ver más de Galicia jeje).
Que bien Fran!!! Leer tus palabras en este mini-blog es todo un placer, porque disfrutas mucho de tu trabajo y te apasiona… Un día muy completito….. Y lo mejor también… Es que solo estas de mañana😁, Jijijijiji….
Ya nos seguirás contando. Mil gracias por compartirlo!
Así es, lo de estar solo de mañana se agradece muchísimo! Y desde luego, si que lo disfruto 🙂 Gracias a ti por leerme!
Preciosas palabras que salen de una persona feliz… que es lo que más te deseo. Disfruta a tope
Un fuerte abrazo.- Juan Bautista Bajo Miguélez
Muchísimas gracias, Juan Bautista. Otro abrazo para ti también!
Hola! Entre pitos y flautas no te di la enhorabuena por este nuevo trabajo. Deseo que dure mucho y que sigas a gusto. Es una buena entrada y un buen inicio de una serie de entradas. Enhorabuena
Bueno Fran, pues que te dediques a llevar las monedas de buillon en la numismática me parece muy alta responsabilidad y por supuesto te hará estar al día de como se mueve el oro en el mundo, un tema muy interesante.
Estoy seguro de que va a ser un reto del que voy a aprender mucho, Vicente. Y espero compartir ese conocimiento con vosotros 🙂
Un placer leerte, agradecerte que te tomes tú tiempo para que podamos ampliar nuestro conocimiento y me alegro que te vaya bien. Sigue así buen trabajo.
Muchas gracias por leerme y por el piropo, Gabi!
Muchisimas felicidades por esta nueva aventura laboral. Por mi parte, no tengo dudas en que desempañarás un gran papel una vez mezcles ese bagaje docente con la asesoría comercial. Hay un gran campo que trabajar en la formación del cliente que refuerce a la numismática.
Y, por cierto, apasionante el mundo del bullion
Muchísimas gracias, Rlc. Estoy de acuerdo en que hay que trabajar la formación desde las propias tiendas, y uno de mis planes a medio plazo es profundizar en precisamente eso.