Qué es un billete de sustitución

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En ColeMone, más o menos una vez al mes, dedicamos una entrada a explicar terminología que puede ser complicada de entender para los novatos en el mundillo. Generalmente, es vocabulario numismático, pero hoy cambiamos de tercio y nos vamos a la notafilia: veremos qué es un billete de sustitución. Para ello, te daré una definición, te diré por qué se imprimen, y explicaré algunos ejemplos de billetes de sustitución.

Un billete de sustitución (también llamado de reposición o de reemplazo) son aquellos pertenecientes a una serie fabricada especialmente para reemplazar a aquellos que salen defectuosos del proceso normal de fabricación. Generalmente, los billetes de sustitución están marcados con un símbolo o código especial en su número de serie.

Para qué sirven los billetes de sustitución

Dentro cada tipo de billete, el número de serie es siempre único y exclusivo de un billete en concreto. Y, a través de ese número, cada Banco Central tiene completamente controlado cuantos billetes se imprimen y cuantos se ponen en circulación.

Eso permite saber exactamente cuánto dinero en billetes hay en circulación en una economía determinada. Por ejemplo, el Banco Central Europeo sabe que en la Eurozona hay 27.500 millones de billetes en circulación.

Y eso se sabe porque en cada lote producido hay siempre el mismo número de billetes.

Este vídeo del Banco de España enseña como se imprimen los billetes de 100 y 200 euros.

¿Pero qué pasa cuando se produce un error en la fabricación de un billete, y sale defectuoso?

Pues cuando es detectado por los controles de calidad de la casa de impresión, se retira y se destruye. Pero eso supone un problema: el lote tiene un billete menos de lo que debería. Así que, para mantener el mismo número, se añade un billete más.

Se podría añadir un billete con el mismo número de serie que el que fue destruído, pero eso cuesta mucho dinero y tiempo. Las máquinas están programadas para que impriman los números de serie de manera secuencial (000001, 000002, 000003, etc), pero dado que los errores suceden de forma aleatoria, los números de serie de los billetes destruídos no son secuenciales. Eso significa que habría que reprogramar la máquina cada vez que se reimprima un billete: algo impractibale.

Así que, en vez de eso, se imprime un lote de billetes marcados con un código especial, y cada vez que aparece un error, se sustituye por uno de ellos. De ahí el nombre de billete de sustitución.

Ejemplos de billetes de sustitución

Distinguir un billete de sustitución de uno normal suele ser bastante fácil. La mayoría de países tienen un método concreto para identificarlos, y estos métodos se pueden dividir, a grandes rasgos, en tres tipos (la clasificación es mía, no la tomes como evangelio):

  1. – Tipo 1: Código alfanumérico
  2. – Tipo 2: Letra o letras especiales
  3. – Tipo 3: Símbolos

Veamos un ejemplo de cada uno:

Tipo 1: Alfanumérico – España: Billetes «9-letra»

Desde 1970 hasta 2001, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre marcó sus billetes de sustitución iniciando su número de serie con el dígito 9 y una letra. Fue casi siempre la A, pero también se ha usado la B, la D, la E, la F o la J.

Estas series son parte de lo que el Banco de España llama «series especiales», que también incluyen aquellas emitidas con propósitos de estudio estadístico (ya hablaré otro día de ellas).

Por ejemplo, veamos las 500 pesetas de 1979 dedicadas a Rosalía de Castro, que, en su día, dije que era una de mis piezas favoritas del billetario español. El número de serie de un billete normal y corriente comienza con un número y una letra cualquiera, como en esta pareja correlativa (esquina superior derecha):

O también pueden, simplemente, no tener letra. Estos, por ejemplo, tienen unos bonitos números redondos:

El billete de Rosalía tiene dos series de sustitución. La primera es la 9A, que es relativamente fácil de encontrar:

Pero también hay una segunda serie rarísima, la 9B, de la que se conocen unos 20 ejemplares:

Si queréis profundizar en las series especiales españolas, Ramón Cobo escribió hace unos años un artículo bastante completo sobre ellas.

Tipo 2: Letra especial – Argentina: Billetes R

Muchos países simplemente añaden una o dos letras delante del número de serie. La mayor parte de las veces hay una Z en el meollo, como Guatemala («Z»), Escocia («ZZ»), Nigeria («DZ») o Serbia («ZA»).

Pero Argentina lo hace diferente: añade una R (asumo que la inicial de «reposición» o de «reemplazo») antes del número de serie.

Por ejemplo, esta es una versión normal del «Evita», los 100 pesos emitidos en 2012 en conmemoración del 60 aniversario de la muerte de Eva Perón y el primer billete argentino en el que apareció una mujer.

El número de serie aparece en dos posiciones: en orientación horizontal en la esquina superior derecha, cuyos dígitos se presentan escalonados en tamaño yendo de una fuente pequeña a una fuente grande, y en orientación vertical en el extremo izquierdo:

Y esta es su versión de sustitución, en la que puedes ver la «R» justo antes del número de serie:

Tipo 3: Símbolos – Estados Unidos: Star Notes

Cuando los controles de calidad del Bureau of Engraving and Printing del Departamento del Tesoro de Estados Unidos detectan un billete defectuoso al terminar el proceso de fabricación (cuando los detectan, hay veces que no, como en el caso del Billete del Monte), los empleados lo retiran de la línea de producción y lo sustituyen por uno de los llamados «Star Notes», su versión de un billete de sustitución.

Estos Star Notes llevan el mismo número de serie que el billete sustituído, al que se le añade la «star», una estrella de cinco puntas inmediatamente antes o después de los dígitos.

Por ejemplo, este de 2 dólares (los preferidos de Steve Wozniak, de Apple) de 1953 la tienen antes. El número de serie está a la izquierda del retrato de Thomas Jefferson:

Sin embargo, en estos 100 dólares de la serie de 2006, la estrella aparece después del número de serie. Esta vez, lo encontrarás a la izquierda del retrato de Benjamin Franklin, el único no-Presidente que sale en un billete estadounidense:

Quizá, al ver la diferencia de años entre ambos billetes, estés pensando que el que la estrella esté antes o después dependen de cuándo se haya emitido. Y tendrías razón. El cambio se hizo alrededor de 1977.

¿Y son valiosos los billetes de sustitución?

Pues… depende del billete.

Asumiendo que están en un estado de conservación perfecto, el valor de un billete de sustitución va a ser, casi siempre, inversamente proporcional al número de billetes de sustitución que se hayan puesto en circulación: cuantos menos haya, más valen.

Y con esa máxima en la mano, como te imaginarás, algunos son solo ligeramente más valiosos que su versión normal, como el 9A de Rosalía, y otros, increíblemente más valiosos que la versión normal, como el 9B de Rosalía.

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