Probablemente, una de las piezas más bonitas del reinado de Alfonso XIII en España sea la moneda de 25 céntimos de 1925, conocida popularmente como la «Caraba». Pues resulta que, además, es la primera moneda en hacer muchas cosas. Hoy vemos el qué, por qué, su historia, y su valor.
Muchas veces primera
La moneda de 25 céntimos de 1925 tiene el honor de tener muchos honores.
Es una pieza que rompió con bastantes aspectos tradicionales del numerario patrio, como el metal, la denominación o el diseño. La consecuencia es que, dentro de la numismática española, es la…
- Primera moneda de 25 céntimos.
- Primera moneda de la transición del cono monetario español a un sistema fiduciario sin metales preciosos.
- Primera moneda de cuproníquel.
- Primera moneda con elementos que se incorporan o se superponen al listel.
- Primera moneda en tener un barco.
- Primera moneda de la Dictadura de Primo de Rivera.
- Primera moneda de Alfonso XIII sin su busto.
Examinemos cómo llegó a ser primera en todo eso en profundidad (salvo lo del tema fiduciario, a eso le dedicaré otro artículo en profundidad más pronto que tarde).
El diseño de la moneda
Por si no fuera suficiente con tantos «primera en…», muchos sitios dicen que también sirve de homenaje a la Marina Española y a otra «primera», la primera operación militar de desembarco anfibio con tanques y apoyo aéreo de la historia: el Desembarco de Alhucemas.
Qué poético sería si fuera verdad.
Como bien apunta en Imperio Numismático el usuario Elcuaz, el Desembarco de Alhucemas tuvo lugar el 8 de septiembre de 1925, mientras que la orden de acuñación y emisión de esta moneda salió en el BOE el 13 de enero de ese mismo año con firma del 9 de enero, casi 8 meses antes.
Y ya menciona la carabela.
El anverso: la carabela
El anverso de los 25 céntimos de 1925 es uno de los más bellos de la numismática española del siglo XX. En él, vemos a un galeón navegando a toda vela sobre un mar que parece estar bastante bravío.
José Rodríguez Sedano, director de la FNMT por aquel entonces, explicó en su momento por qué salía el galeón:
Hay que recordar que estamos en 1925, en medio y medio de la dictadura militar de Primo de Rivera, que sin ser una dictadura abiertamente fascista, sí había adoptado algunos rasgos de esa ideología.
Entre esos rasgos estaban la creación de un partido único y la incorporación del nacionalismo español como ideología estatal. Igual, ahora, el final de la cita del Director de la FNMT te cobra más sentido.
El grabado en sí es obra de José Espinós Gisbert, tal y como figura en la propia moneda.
Lo que mucha gente no sabe, incluída la propia Real Casa de la Moneda hasta el año 2001, es que Espinós se basó en un boceto original del grabador gallego Manuel Castro-Gil.
Castro-Gil, a su vez, se inspiró en una acuarela del pintor Rafael Monleón y Torres.
Nos cuenta el usuario Hespérides, de Imperio Numismático, que el fotógrafo de la Real Casa de la Moneda Ángel Irañeta fue al Museo Naval de Madrid a sacarle una foto al cuadro, con el permiso del director de la institución, un tal Antonio Reyna.
Y es en esta cara donde aparece el primer juego con el listel de la numismática española, con la bandera del palo mayor del galeón superponiéndose, ligera pero perceptiblemente, sobre el borde.
Y puedes pensar que esto de la bandera y el listel es un accidente, pero al examinar la otra cara de la moneda, veremos por qué no.
El reverso
El reverso es mucho más típico en cuanto a sus elementos se refiere. Se puede ver el valor facial rodeado por dos ramas de laurel.
Ese valor facial está coronado por el único símbolo monárquico en toda la pieza.
Y llama la atención porque, hasta ahora, en todas las monedas de Alfonso XIII había aparecido el retrato del monarca.
Por otro lado, si te fijas bien, verás que entre el 25 y las ramas de laurel figuran tres letras.
Dos, la «P» y la «C», están a la izquierda. Como es tradición en la numismática española, corresponden a las iniciales del primer apellido de cada uno de los ensayadores de la pieza, Vidal Peiró Zafra y Rafael Caro Fresneda, respectivamente.
A la derecha aparece una «S». Es la inicial del juez de balanza, Julio Segura Calvé.
Y aquí también tenemos otro juego con el listel, esta vez, ampliándolo con una especie de sujeción para las ramas de laurel.
Es precisamente este juego, que, obviamente, fue hecho a propósito, lo que me hace pensar que la bandera sobre el listel de la otra cara de la moneda no fue un accidente.
Las pruebas
Siendo la primera en tantas cosas, lo normal es que se hicieran varias pruebas para ver cómo salía.
Y así fue, se conocen dos.
La primera es una prueba en latón, en la que ya aparecería la carabela del diseño final de los 25 céntimos de 1925.
El reverso, sin embargo, es completamente diferente a aquella moneda, y muestra que la Casa de la Moneda estuvo jugando con la idea del agujero en el centro hasta casi el último momento.
La segunda prueba, hecha en níquel puro, ya presenta el diseño completo que aparecerá en la moneda que finalmente se pondrá en circulación.
Fíjate bien y verás que, en estas pruebas, la bandera también se superpone sobre el listel, confirmando que no fue un accidente.
Confusión
Las primeras 140.000 piezas de la tirada total de 8.000.000 de monedas de 25 céntimos de 1925 se pusieron en circulación en algún momento de los últimos meses de ese año, con el resto entrando a lo largo de 1926.
Y la novedad que suponía esta pieza no debió de ser explicada correctamente a la población, porque inmediatamente reinó la confusión.
La aleación de cuproníquel escogida, con un 75% cobre y un 25% de niquel, resulta en un color plateado.
Además, su peso -7 gramos- y su diámetro -25 milímetros- era mayor que el de las monedas de plata de 1 peseta (5g, 23mm), pero más pequeño que el de las de 2 pesetas (10g, 27mm).
Meter una moneda plateada pero que no es de plata en un sándwich de monedas de plata, pues resulta confuso.
Y la ciudadanía se quejó bastante.
Así que, en 1927, se emitió una segunda moneda de 25 céntimos de cuproníquel. Esta vez, para que no hubiera confusión, se le puso un agujero en el centro, siguiendo las prácticas de la época de otras casas de la moneda europeas.
Esta moneda, por cierto, iniciará la tradición del agujero en el centro en las monedas de 25 y/o 50, que se mantendrá durante la Segunda República, la dictadura de Franco, y el reinado de Juan Carlos I.
25 Céntimos de 1925: Valor
La moneda de 25 céntimos de 1925 es una moneda que es fácil de encontrar en estados de conservación bajos y medios, dada su enorme tirada. En ese estado, su valor puede estar entre 2 euros para las peor conservadas, y 10 para las bien conservadas, pero bastante circuladas.
Pero esta es una moneda que ha circulado mucho. Eso causa que la dificultad de adquirir esta moneda esté en las conservaciones altas.
Una moneda de 25 céntimos de 1925 que apenas haya circulado (EBC) se puede ir a los 40 o 50 euros. En un estado Sin Circular normalito se puede ir facilmente por encima de los 80 euros. Y es habitual que los mejores ejemplares, con pleno brillo original, suban de los 100 euros.
Francisco
Como es costumbre, una muy buena investigacion de una de esas historias que deja la numismatica que vale la pena conocer, lo que me ha asombrado es el precio de esta moneda, no hubiera pensado ni que llegaran a la mitad del valor que indicas.
Saludos desde BsAs
Gustavo
Me alegro de que te haya gustado, Gustavo! La verdad es que sí que es sorprendente que cueste tanto en calidades altas, especialmente cuando se ve el precio en calidades medias y bajas, pero es una moneda que circuló mucho y durante bastante tiempo.
Un saludo!
Tengo una de esas desde hará unos 30 años, cuando de chaval coleccionaba con más gana. Siempre me gustó esa moneda y nunca pensé que su historia fuese tan interesante, especialmente en una moneda de tan poco valor para la época.
En numismática tendemos a no mirar mucho las monedas pequeñas, las que son baratas y se consiguen fácilmente (yo el primero). Pero muchas veces tienen historias interesantes. Igual nos viene bien para desempolvar la colección, verla con otros ojos, y fijarnos en cosas en las que no nos habíamos fijado antes.
Interesantísimo estudio
Una delicia leerte
Gracias
Un fuerte abrazo.- Juan Bautista Bajo Miguélez
Me alegro mucho de que te haya gustado. Gracias a ti por leerme!
Un abrazo,
Fran
Ha sido una gozada leer este artículo tan interesante. Tenía dudas sobre coger esta moneda pero ahora no tengo ninguna.
Me alegro de que te haya animado, Raúl!
Sorprendido me quedo, con tan erudito comentario numismatico, de tan preciada moneda. Tengo una y otras de la III República. No soy coleccionista, pero tengo unas cuantas de I de dos y cinco ptas de plata. Muchas gracias para todos Udes. Chaooo amigos buenos días.
Gracias a ti por leerlo, Joaquín. Si las guardas, tienes el inicio de una bonita colección de monedas!
Gracias por la información.
Soy coleccionista y tengo Cuatro piezas de 1925 con el galeón.
Y de las de ,1927, con agujero, tengo unas 70/. Piezas.
Todas en buen estado.
Luego tengo muy buenas piezas de Franco, de todos los valores.
Gracias por la información.
Me gustan y me apasionan, la numismática, el diseño y los barcos de vela.
Esta moneda une tres de mis grandes aficiones.
Para mi la moneda con el anverso más bello de la numismática española.
Enhorabuena por el artículo.
Muchas GRACIAS por la información.
No se si el más, pero de los que más, sin duda. De los que marcan época. Gracias a ti por leerlo, José María.