La Segunda Guerra Mundial, que duró del 1 de septiembre de 1939 al 2 de septiembre de 1945, influyó en la acuñación de monedas en todo el mundo. Durante la guerra, muchos metales se convirtieron en materiales de guerra estratégicos y su suministro se volvió insuficiente para satisfacer las necesidades de las casas de moneda que acuñaban monedas.
Eso causó que las cecas de los países beligerantes tuvieran que aplicar inventiva e ingenio para continuar con su labor. Hoy vemos cómo.
Estados Unidos
Uno de los grandes recordatorios numismáticos de la Segunda Guerra Mundial es también una de las monedas más populares entre los numismáticos estadounidenses: el centavo de acero de 1943.
La acuñación del centavo de 1943 en acero fue una medida de emergencia para reservar el cobre para la producción de proyectiles y municiones que fueron utilizados por las fuerzas aliadas que luchaban en Europa, en el norte de África, en Asia y en el Pacífico.
La composición única de la moneda (acero con bajo contenido de carbono recubierto con zinc, en lugar de la aleación de bronce que se usaba hasta el momento) dio lugar a varios apodos, como centavo militar o como steelie, un derivado de la palabra inglesa steel – acero.
La combinación de metales en el centavo de acero de 1943 resultó desastrosa. En condiciones de humedad, las monedas desarrollaban rápidamente un aspecto pulverulento y mohoso causado por la aparición de óxido de zinc. Tampoco funcionaban en las entonces comunes máquinas de chicles de un centavo, que utilizaban imanes para comprobar que las monedas introducidas fueran buenas.
Aunque muchas monedas de tiempos de guerra se hicieron con aleaciones especiales, tal vez el centavo de acero de 1943 sea la más famosa de todas ellas, y sigue siendo popular entre los coleccionistas de hoy. Pero, si bien la gente que no coleccione monedas puede suponer que los centavos de acero de 1943 son muy raros y valiosos, nada más lejos de la realidad.
Estas monedas se acuñaron en grandes cantidades. En total, la Casa de la Moneda de Estados Unidos acuñó casi 1.100 millones de centavos de acero en 1943. Se acuñaron en tres cecas: Filadelfia produjo 684.628.670 monedas (sin marca de ceca), mientras que las cecas de Denver (D) y San Francisco (S) produjeron 217.660.000 y 191.550.000 monedas, respectivamente.
Aunque la tasa de atrición era alta, principalmente porque las monedas de acero se corroían con bastante rapidez tras desaparecer su recubrimiento de zinc, una gran cantidad de monedas de 1943 ha sobrevivido hasta nuestros días. Hoy es posible comprar un lote de monedas de cada ceca por una suma bastante pequeña.
Pero incluso entre monedas tan económicas se pueden encontrar ejemplares raros y caros: existen centavos de 1943 acuñados por error en cospeles de bronce. Se cree que en la tolva que carga los discos en blanco en la máquina de acuñación quedaron viejos cospeles de cobre de 1942, que se mezclaron con otros nuevos de acero durante el proceso de producción.
En un error similar, algunos de los nuevos centavos de bronce de 1944 fueron acuñados en cospeles de acero que quedaron de 1943.
Sin embargo, hay otra posible explicación de por qué ocurrió esto, que atribuye un error en la producción por parte de la ceca de Filadelfia, que acuño en 1944 (con Bélgica ya liberada de los nazis) 25 millones de monedas de 2 francos belgas. Estas monedas fueron acuñadas en los mismos cospeles que los centavos de 1943, así que es posible que algún cospel belga de acero se traspapelara entre máquinas.
Canadá
Al igual que su vecino al sur, Canadá también cambió la composición de sus monedas de cinco centavos debido al desvío de la producción de níquel al ejército, que lo necesitaba para fabricar blindajes.
En la segunda mitad de 1942 y a lo largo de 1943, el material de los 5 centavos fue cambiado al tombac, una aleación compuesta por un 88% de cobre y un 12% de zinc, que toma su nombre de la palabra indonesio-javanesa tambaga, que significa «cobre».
Las monedas se hicieron con una forma poligonal en lugar de redonda con la esperanza de que fueran más fáciles de distinguir de las monedas de 1 centavo, ya que ahora eran ambas del mismo color. Sin embargo, esto no fue suficiente. La gente todavía tenía demasiadas dificultades para separar las nuevas monedas de cinco centavos de las de un centavo.
En 1943, Canadá cambió el diseño del castor a una gran «V» detrás de una antorcha. Se suponía que la letra V denotaba tanto la denominación de la moneda en números romanos como el símbolo de la Victoria. Además, las nuevas monedas de 5 céntimos tenían una frase en código Morse en la grafila: We win when we work willingly («Ganamos cuando trabajamos con buena voluntad»).
Ese mismo diseño se utilizó hasta 1945, pero en 1944 las monedas comenzaron a fabricarse de acero chapado en otro material: primero en níquel y luego en cromo. El revestimiento se aplicaba a los cospeles en blanco antes de acuñar, por lo que los bordes de estas piezas suelen aparecer desafilados y oxidados.
Con el final de la guerra, Canadá volvió a la aleación de níquel habitual y al diseño de castor.
Bélgica
Bélgica estuvo ocupada por Alemania entre 1940 y 1944, tras lo cual fue liberada por las fuerzas aliadas. Durante la ocupación alemana, las monedas de plata que circulaban anteriormente fueron retiradas de la circulación y reemplazadas por monedas de zinc.
En 1944, inmediatamente después de su liberación por las fuerzas aliadas, se produjo un cambio interesante en la acuñación de monedas de Bélgica. Estados Unidos utilizó cospeles de acero sobrantes de la ceca de Filadelfia, originalmente destinadas a producir centavos de acero, para acuñar monedas de 2 francos de circulación en la Bélgica liberada.
Las monedas de 2 francos belgas de preguerra habían sido retiradas de circulación durante la ocupación alemana, y tras la guerra no se volvieron a acuñar monedas de 2 francos belgas, haciendo así a la de 1944 la última de la historia.
Ucrania
Como una de las rarezas de las acuñaciones nazis para las regiones ocupadas de Ucrania, se puede citar la aparición en un subasta de 2008 de la única moneda de prueba de hierro actualmente conocida con denominación de 50 kopeks de 1943, acuñada para el Reichskommissariat de Ucrania.
Esta moneda es de gran importancia en la historia monetaria de la Segunda Guerra Mundial. Durante la ocupación alemana, el banco central del Reichskommissariat de Ucrania, con sede en Rivne, introdujo en circulación billetes de 1, 2, 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 karbovanets a partir de marzo de 1942. Al mismo tiempo, la población de los territorios ocupados de Ucrania tuvo que cambiar todos los billetes soviéticos con un valor nominal de más de 5 rublos por dinero nuevo. El tipo de cambio oficial se fijó en 10 Reichspfennig = 1 karbovanets = 1 rublo.
Como resultado, las monedas soviéticas y nazis estaban simultáneamente en circulación.
El ejemplo presentado en la subasta de Künker fue aparentemente un intento del Reichskommissariat de Ucrania de sustituir las monedas menudas en circulación, que aún tenían símbolos soviéticos, por sus propias monedas. Sin embargo, el proyecto fue abandonado cuando los acontecimientos en el frente cambiaron y el Ejército Rojo tomó Ucrania en 1943.
Posteriormente, el motivo con el maíz y la rueda de engranaje, originalmente previsto para las monedas nazis del Reichskommissariat de Ucrania, sería reutilizado en las monedas de 10 pfennig (céntimos) de la Alemania Comunista a partir de 1948.
Japón
Japón también se vio afectada por la falta de metales, pero fue de los países más creativos en el uso de materiales alternativos tanto para uso doméstico como para la acuñación de sus territorios ocupados.
La composición de la moneda japonesa de 1 sen comenzó a cambiar en 1938. Anteriormente, la moneda se acuñaba en latón, pero el porcentaje de cobre se redujo para crear una moneda de bronce. Más tarde ese año, la Casa de la Moneda de Japón emitió una moneda de 1 sen significativamente más pequeña y liviana acuñada en aluminio. De 1938 a 1941, el tamaño de la moneda disminuyó de 23 mm a 16 mm y el peso de 3,75 g a 0,65 g.
Sin embargo, los cambios más dramáticos en la acuñación se produjeron en 1945.
A medida que se acercaba el final de la Segunda Guerra Mundial, Japón experimentó una aún mayor escasez de metales y no podía usarlos para acuñar monedas. Así que hicieron monedas de 1 sen con arcilla cocida, de color rojo y producidas por empresas privadas por encargo de la Casa de la Moneda japonesa.
Hubo ejemplares de otras denominaciones en arcilla, pero las monedas de 1 sen son las únicas que entraron en circulación. Según el catálogo Krause, comenzaron a circular pocos días antes del final de la guerra.
Manchukuo
Un ejemplo notable de acuñaciones curiosas en los territorios ocupados por Japón son las monedas de la región conocida como Manchukuo, un país títere cuyo territorio correspondía a las actuales regiones de China del Noreste y Mongolia Interior. Este territorio estuvo bajo control japonés entre 1931 y 1945.
Desde 1932, Japón acuñaba monedas para Manchukuo, pero cuando el metal fue declarado recurso estratégico del país, las monedas de esta región se convirtieron en sus primeras víctimas.
El resultado fue una solución sorprendente: en 1944, Japón comenzó a producir monedas de 1 y 5 fen a partir de un material fibroso rojizo parecido al cartón corrugado. Este material se obtenía impregnando varias capas de papel grueso con una solución concentrada de cloruro de zinc, que luego era procesado a presión. En ese momento, esta fibra era un análogo del plástico.
Estas monedas de fibra entraron en circulación y, de hecho, se consideran las únicas monedas oficiales hechas de fibra de todo el mundo que llegaron a circular.
Aunque el número exacto de monedas producidas es desconocido, se sospecha que las acuñaciones fueron bastante grandes. Hoy en día, estas monedas se pueden encontrar por un precio no demasiado alto en el mercado de coleccionistas.
Muy buenas, la verdad es que no sabía nada de lo expuesto en este artículo.
Pero esto también pasó tras el paso de la Gran Guerra en Alemania, debido a la escasez de materiales se fabricarn monedas exactamente iguales a lo dicho.
Yo de echo, tengo en mi colección una de cartón prensado y otra cerámica.
Ya vemos que el ingenio surge en tiempos difíciles.
Un saludo y gracias por la información 👍.
Me alegro que el artículo te haya mostrado algo nuevo! Sobre lo que comentas tras la Primera Guerra Mundial, así es, es el famoso notgeld. Le dediqué un artículo en los albores de este blog.
Apasionante e interesantísimo estudio
Genial la presentación del ERROR DE COSPEL EQUIVOCADO en la moneda de 1 centavo de 1943
Un fuerte abrazo.- Juan Bautista Bajo Miguélez
Me alegro mucho de que te haya gustado, Juan Bautista! Se lo comunico al autor.
Un saludo,
Fran