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El Holey Dollar, o dólar agujereado, es la moneda más legendaria de la numismática australiana. Es la primera que fabricaron, y lo hicieron en unas circunstancias, a falta de una palabra mejor, rocambolescas. Además, quedan muy poquitas, y las que quedan valen un pastón.
Para entender esta historia, hay que tener unas nociones básicas de historia de Australia. Pero no te preocupes, que ya te las cuento primero y luego ya te hablo del Holey Dollar.
La fundación de Nueva Gales del Sur
El descubrimiento de Australia
Australia no se colonizó de un día para otro.
En 1770, el explorador James Cook estaba navegando por el Pacífico Sur a bordo de su barco, el HMS Endeavour, y haciendo lo que mejor sabía hacer: descubrir islas remotas.
Originalmente, el viaje del Endeavour era de carácter científico. La misión era, primero, observar el tránsito de Venus por delante del Sol de 1769 desde Tahití, y, después, explorar y hacer mapas del Pacífico Sur. Sabían que probablemente había una gran isla, o, incluso, un continente por la zona, la mítica Terra Australis. A bordo iba un equipo de astrónomos, botánicos y artistas, dispuestos a documentar el viaje. El mismo Cook tenía conocimientos avanzados de matemáticas, cartografía y astronomía.
El 17 de abril de ese mismo año, los vigías del navío vieron tierra a lo lejos.
No era la primera vez que sucedía. Desde que la nave zarpara de Plymouth en 1768, habían descubierto unas cuantas islas en la actual Polinesia Francesa. Aún más importante fue su siguiente descubrimiento: Nueva Zelanda. Allí se tiraron seis meses mapeando la costa, y establecieron los primeros contactos entre las tribus locales maoríes y exploradores europeos. Pero aquello no era la Terra Australis que estaban buscando.
Cook ordenó al timonel acercar el barco a tierra. Una vez en la costa, empezaron a navegar dirección norte, hasta que, 10 días después, vieron una bahía que parecía perfecta para echar el ancla. El Capitán tomó posesión del nuevo descubrimiento para el Imperio Británico bautizando la nueva tierra como Nueva Gales del Sur. Mientras tanto, los científicos hacían sus cosas de científicos.
Durante los cuatro meses siguientes, el Endeavour navegó paralelo a la costa de lo que en un futuro sería Australia, generalmente en dirección norte. Pero un aciago día, el barco chocó con el Gran Arrecife de Coral.
No se hundió de milagro.
Con mucho trabajo e inteligencia, lograron reparar el barco lo suficiente como para poder llegar a la isla de Batavia en las Indias Holandesas, actual Indonesia. De ahí, volvieron a casa. Y ahí quedó la cosa.
Nueva Gales del Sur, o la cárcel más grande del mundo
Más o menos desde principios del siglo XVII, el Imperio Británico había establecido un sistema para conseguir que sus criminales convictos fueran «miembros productivos de la sociedad» sin tener que rehabilitarlos.
Si cometías un crimen y te cazaban, el juez te podía condenar a ser forzado a firmar un contrato que decía que ibas a una colonia penal a trabajar a una granja, a una mina o a lo que fuera. Sin sueldo y sin libertad. El Gobierno pagaba a un capitán de barco un dinero por transportarte a la colonia, generalmente a las de Norteamérica. Alli, el capitán solía poner un anuncio en el periódico donde anunciaba que estabas a la venta. El mejor postor se convertía en tu amo.
El sistema era conocido como transportation. Básicamente era otra manera de decir «esclavo».
Pero en 1776, las Trece Colonias americanas decidieron que no querían pagar impuestos si no iban a tener representación en la Cámara de los Comunes británica. Revolución. Independencia. God bless the USA.
El Imperio se quedaba sin su colonia penal.
Y pensando y pensando, se acordaron de que tenían aquel territorio que James Cook había reclamado para el Imperio en 1770.
Así que en 1787, juntaron una flota de 11 barcos que saldría de Portsmouth bajo el mando del Almirante Arthur Phillip. Dos pertenecían a la Royal Navy, tres eran barcos de aprovisionamiento, y los seis restantes eran barcos cargados con 778 prisioneros, hombres y mujeres. Su misión era colonizar Nueva Gales del Sur, que sería la nueva colonia penal del Reino Unido. Pasaría a la historia con el nombre de la «Primera Flota».
La flota llegó a la costa australiana en enero de 1788. Se pasaron unos días buscando un sitio adecuado donde desembarcar y establecer una nueva ciudad. El 26 de enero, lo encontraron. Y allí fundaron lo que, a la postre, sería la ciudad de Sydney, el estado de Nueva Gales del Sur, y Australia como país. Aún a día de hoy, cada 26 de enero se celebra el Día Nacional de Australia en conmemoración de este momento.
La Revolución del Ron
Además de los problemas típicos a los que los colonos tenían que enfrentarse (enfermedades, suministros, exploración y demás), en el caso de Nueva Gales del Sur, se tuvieron que enfrentar a otro nuevo, esta vez creado por el hombre. En el Reino Unido debieron de pensar que los presos no iban a necesitar monedas, porque no se mandó dinero circulante en los 11 barcos originales.
Pronto se establecieron rutas comerciales con las otras colonias europeas de alrededor, y moneda hindú, británica, holandesa, portuguesa y española comenzó a circular por la isla.
Pero, dado que una colonia nueva casi siempre tiene un balance comercial negativo en el que gastan mas en importar cosas que en venderlas al exterior, esas monedas se iban en los barcos extranjeros que zarpaban del puerto de Sydney. La falta de circulante era endémica.
Hubo varios intentos de arreglar esto.
En 1800, se fijó un tipo de cambio para cada moneda, más elevado que el tipo de cambio internacional. La idea es que, por ejemplo, 8 reales españoles o una moneda portuguesa tuvieran más poder adquisitivo en Nueva Gales del Sur que en cualquier otro lado, y, por tanto, los comerciantes se las gastaran allí, evitando de esa manera que la pieza dejara la isla. No funcionó.
Visto lo visto, el gobernador de la Colonia pidió a Reino Unido que mandaran un cargamento de monedas. No le hicieron ni caso.
Y pasó lo que suele pasar en estos casos. ¿Te acuerdas de cómo en las cárceles de las películas usan tabaco y alcohol como moneda para comprar y vender cosas en el mercado negro de la prisión?
Pues eso es lo que pasó en la cárcel gigante que era Nueva Gales del Sur. La población tenía que recurrir al trueque, y el ron se convirtió en la moneda no oficial de la colonia.
Aquello no era serio, y el Gobierno lo sabía.
En 1806, el cuarto Gobernador de Nueva Gales del Sur, William Bligh, ordenó la prohibición de importar ron y otros alcoholes, y de usarlos como moneda de trueque. Algo tenía que ver la falta de seriedad, pero el motivo real fue tocarle un poco los c****es a su archienemigo, que resultaba ser el mayor importador de alcohol de la colonia, pero también un capitán con mucha influencia en el Ejército Colonial.
La tensión provocada por este incidente fue azuzada por muchos otros inconvenientes, hasta el punto de que la situación se volvió insostenible. Y en 1808, pasó lo que tenía que pasar: la Rebelión del Ron.
En cuestión de unos días de enero, Bligh acabó siendo depuesto por el Ejército Colonial en rebelión abierta. A día de hoy, es la primera y última vez que un gobierno australiano cae por la fuerza.
Y todo porque el Ejército se quedó sin ron.
Macquarie y el Holey Dollar
Macquarie se encuentra el percal
La rebelión causó que durante los siguientes dos años hubiera una confusión e inestabilidad política terrible. No había nadie que estuviera claramente al mando, y la situación amenazada con llevar a la anarquía.
Viendo la situación, Su Majestad mandó a un tipo llamado Lachlan Macquarie a que asumiera el puesto de Gobernador de Nueva Gales del Sur a partir del 1 de enero de 1810.
Su misión era meter en la cárcel a los instigadores de la rebelión y estabilizar la colonia. Y para establizar la colonia, una de las primeras cosas que había que hacer era mejorar la situación económica de la futuro estado australiano. Y no hay economía potente sin dinero que circule. El primer paso estaba claro: había que conseguir monedas.
En 1812, Lachlan consiguió que el gobierno británico le mandara a través de la Compañia Británica de las Indias Orientales 40.000 monedas de 8 reales españolas, equivalentes a de 10.000 libras esterlinas de la época o a 822.000 euros de 2018.
Poniendo presos a trabajar
Las monedas llegaron a Sydney el 26 de noviembre de ese año a bordo del navío HMS Samarang, que había zarpado de Madrás (India) unos meses antes. Junto a ellas, llegaba una estrictísima prohibición de sacarlas de Australia.
No se pusieron a circular inmediatamente.
Macquarie sabía que si no hacía algo con ellas y las soltaba a lo salvaje a circulación, iba a pasar lo mismo de siempre. Iban a desaparecer a bordo de los barcos comerciales que fondeaban en la colonia y no las iban a ver más.
Los historiadores no tienen muy claro cómo se le ocurrió la idea, pero se cree que Macquarie tenía conocimiento de cómo lidiaban con eso en otras partes del mundo.
Cuando conseguían un cargamento de monedas de 8 reales, lo que hacían muchas colonias era aplicarles un resello, indicando que eran aptas para circulación por su territorio.
¿Y por qué los 8 reales, específicamente? En aquel momento, los 8 reales españoles ejercían de moneda de intercambio y comercio internacional, en una función muy parecida a la del dólar estadounidense hoy en día.
Lachlan se puso a buscar a alguien que tuviera conocimientos de forjado de metales. Siendo Nueva Gales del Sur, básicamente, una cárcel gigante, tuvo que recurrir a un falsificador de monedas llamado William Henshall, al que habían apresado en Inglaterra unos años antes y mandado a cumplir condena a Australia.
El Holey Dollar, la primera moneda de Australia
La idea era coger las monedas de 8 reales y convertirlas en donuts. Al hacerles un agujero en el medio y medio, se facilitaba la identificación de la pieza con la colonia. Y como bonus, si además creabas otra moneda con el resto de metal que quedaba al hacer el hueco (el llamado dump, algo así como el escombro), tenías el doble de piezas.
De ahí el nombre de holey dollar, o dólar agujereado.
Técnicamente, Henshall se habvía convertido en el primer director de ceca de Australia, y el sitio donde trabajaba, el sótano de un edificio gubernamental de Sydney conocido como The Factory, ejerció de primera ceca del país.
Macquaire había previsto que el proceso de fabricación durara 3 meses. Al final, acabo durando un año entero. Henshall entregó al gobierno de la colonia el primer lote en febrero de 1814, y hasta agosto no se entregaron todas.
Los holey dollars duraron en circulación hasta 1829, aunque el proceso de demonetización comenzó en 1822, cuando por fin recibieron monedas de verdad de la metrópolis. La mayoría fueron fundidas, salvo por algunas que quedaron en manos de coleccionistas, gente rica y bancos y empresas.
El Holey Dollar hoy
Se estima que, hoy en día, quedan alrededor de 300 holey dollars y 1000 dumps.
Dado su estatus de moneda legendaria, y de primera pieza de la numismática australiana, la demanda por una de estas es brutal. Y el precio, ya no te cuento. En 2016, Kunker subastó una de éstas en EBC por un precio de martillo de 230 000 euros, y en 2019, otra en MBC+ por 97 500 pavos. El último dump que he visto, subastado por Heritage en 2016 y en condición MBC costó 18 000 euros.
En definitiva, es una de esas monedas que sólo se pueden comprar si te toca la lotería. Algún día, algún día…
HMS Endeavour*
Efectivamente, corregido queda.