Mis 3 grandes cambios de mentalidad numismática [Diario 3]

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Como te puedes imaginar, la transición de ser un simple tío normal que colecciona monedas a ser comerciante de monedas profesional está implicando una serie de cambios inconscientes en la manera que tengo de ver el coleccionismo y la numismática en general. Así que hoy, en la tercera edición de mi Diario de un Numismático Profesional, se me ocurrió que podía hablar sobre los tres grandes cambios que he notado en los cuatro meses que llevo currando en La Dobla.

(Nota: Ni La Dobla paga este artículo, ni nadie allí me ha dicho lo que puedo o no puedo escribir.)

Vamos a ello:

Cambio 1 – No me puedo enamorar de las monedas

¿Has escuchado alguna vez a un ganadero diciendo que, si te vas a dedicar a su profesión, no puedes encariñarte con las vacas? Pues en el comercio numismático es un poco la misma historia: no puedes encariñarte de las monedas. Al final, las monedas también irán al matadero y serán compradas por algún cliente.

Este es un error que he corregido a base de pequeñas hostias. Todas las semanas pasan por la tienda dos o tres monedas de esas que te hacen abrir la boca y que incorporaría a mi colección de muy buena gana. Pero ya sea porque no me las puedo permitir, ya sea porque supondría abrir otro frente en mi colección cuando ya tengo abiertos demasiados, tengo que dejarlas pasar.

Y cuando se las lleva algún cliente, lo primero que se me pasa por la cabeza es… «Fran, tenías que haber hecho un esfuerzo». Luego me acuerdo de que la razón última de todo esto es vender las monedas para que los coleccionistas que vienen a nosotros tengan la mejor colección que puedan dentro de sus posibilidades (y que la tienda gane pasta con ello, no nos vamos a engañar).

Como alguien me lo va a preguntar en algún lado, ya te digo las dos que más recuerdo: una era un 8 reales de Zacatecas en el mejor estado de conservación que ví en mi vida, y que estaba muy, pero que muy lejos de lo que puede asumir mi bolsillo.

España - 8 Reales 1821 - Zacatecas
Eran similares a estos 8 reales de Zacatecas de 1821, pero algo mejor conservados y con unos detallitos que hacían que la moneda fuera única (Foto: Briggs & BustosSubasta 9, Lote 227).

La otra, una onza de plata australiana con el escudo de armas de Queensland graduada por NGC en MS70 en la escala Sheldon. Comprar una moneda bullion graduada es pasar de usar el bullion como inversión a usarlo como colección, y abrir una nueva serie ahora es demasiado para mí, y más teniendo el alma completista que tengo.

Australia - 1 Dólar 2023 - Queensland - 1 Onza de Plata
En foto ya está chula, pero en mano esta moneda es espectacular (Foto: Royal Australian Mint).

Seguro que no serán las últimas de las que me acuerde, pero es un error en el que estoy procurando caer menos. Como el ganadero que deja de darle nombre a las vacas tras mandar su primera remesa al matadero.

Cambio 2 – El valor relativo de las monedas

Al hilo de poder o no poder permitirse monedas, otro de los grandes cambios que he notado es la percepción de qué es una moneda cara.

Para un coleccionista, una moneda cara es aquella que supone varios meses de ahorro para poder adquirirla, y que supone una felicidad especial tener por fin en tu mano. Para mí, antes de entrar en La Dobla, eso era, igual, una moneda de 300 o 400 pavos.

Pero ahora tengo monedas de 300 ó 400 pavos en la mano todos los días. Ojo, sigo sin poder permitírmelas sin hacer un esfuerzo de ahorro, pero sí las tengo en la mano y puedo disfrutar de ellas aunque sea por unos momentos.

Esto ha hecho que mi percepción de los precios de las monedas se distorsionara, y que una moneda de 400 euros ya no me parezca cara. ¿El ejemplo más claro? El Minilince.

Tal y como está el precio del oro, para poder comprar el Minilince ahora tendría que hacer un pequeño esfuerzo. Pero es que por mis manos pasan habitualmente, además de Minilinces, onzas de oro que son varias veces más caras, lo que hace que el Minilince me parezca una moneda menos valiosa de lo que realmente es. En otras palabras, el del Minilince es un rango de precio que en mi cabeza se ha normalizado.

España - Décimo de Lince de Oro 2023 - Minilince
El Minilince (Foto: FNMT).

¿Y que es ahora para mí una moneda cara? Pues, así a bote pronto, diría que aquella que tiene un precio mayor que mi sueldo mensual. Más que nada porque, cuando pasa una de esas por mis manos, casi siempre pienso… «disfrútala bien en estos segundos, que estás flipado si crees que te la vas a poder permitir en algún momento de tu vida».

Cambio 3 – Otro ojo al mirar comercios y subastas

Tengo un amigo que es arquitecto. Y no es la primera vez que estamos tomando un café, o dando un paseo, o algo del estilo, y suelta perlas del estilo «qué voladizo más feo, yo lo hubiera hecho de otra manera».

Y es que la deformación profesional es un concepto muy real. Cuando él ve un edificio, lo ve desde un enfoque profesional, y con el conocimiento ganado tras haber estudiado una carrera y dedicarse a ello durante más de una década.

Ahora mismo, noto que yo me estoy deformando profesionalmente, especialmente a la hora de mirar tiendas y subastas. Al ver el precio de salida de una moneda interesante, lo que solía pensar es cuánto sería un buen precio para poder incorporarla a mi colección. Pero, últimamente, me he pillado a mi mismo pensando más bien en cuánto sería un buen precio para poder tener un pequeño margen de beneficio al venderla.

Es cierto que mi trabajo ahora mismo tiene que ver más con La Dobla Bullion que con la parte de numismática histórica, y que aunque sí que he aconsejado en ciertas cosas -como en los euros-, aún no he comprado monedas para La Dobla de manera independiente (creo que aún estoy un poco verde en ciertas cosas para poder hacerlo). Pero sí que noto como poco a poco y de manera inconsciente estoy desarrollando un ojo específico del que, hasta ahora, nunca me había preocupado: el del comercio numismático.

Y nada, eso son los tres grandes cambios que he detectado en mi mismo hasta el momento. Seguro que no son los únicos y con el tiempo me iré dando cuenta de más que ya he desarrollado y en los que no he reparado aún, o que iré desarollando con el tiempo. Iremos viendo, iremos viendo.

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6 COMENTARIOS

  1. Qué bien escribes…y analizas
    Mis principios inamovibles: Somos herencia y medio….y somos libres…en cualquier circunstancia
    Te deseo lo mejor
    Un fuerte abrazo.- Juan Bautista Bajo Miguélez

  2. Yo tenia un vecino que era numismático profesional y todos los domingos llevaba sus monedas al mercadillo para vender, el ser profesional de algo, conlleva desprenderse de muchos sentimientos de aprecio, pero ganas en sabiduría.
    Los antiguos griegos consideraban la sabiduría como una importante virtud.

    Un saludo

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