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Ningún diseño nace en un vacío, y el de la moneda común europea no es una excepción: su planteamiento físico bebe de la tradición numismática de varios países europeos. Hoy repasaremos la aportación nacional de tres países al diseño de las monedas de euro que todos llevamos en la cartera.
(Pequeña nota antes de empezar: los VIPs de ColeMone ya pueden votar en el foro por cuál va a ser el premio de nuestro próximo sorteo).
Alemania: Cara Común/Cara Nacional
Comenzamos con el que, probablemente, sea el elemento de diseño más característico del euro: que tengan una cara común para todos los países y una cara nacional que selecciona cada país.
Este elemento tan llamativo surge directamente de la tradición numismática alemana.
En 1871, tras la victoria de Prusia en la Guerra Franco-Prusiana, se proclama el primer Imperio Alemán en el francesísimo Palacio de Versalles. Una de las primeras cosas que hace el nuevo emperador Guillermo I es unificar las cuatro divisas diferentes emitidas por los antiguos países independientes que ahora formaban parte del nuevo Reich, y que seguían circulando por su territorio.
Tan solo unos meses después nace el Marco Alemán, que será la nueva divisa del Imperio, y las primeras monedas empiezan a circular en 1872.
Las nuevas monedas alemanas tendrían una cara imperial con el águila de su escudo de armas, su nombre y el valor facial de la moneda, y una cara cuyo diseño sería elegido por cada uno de los estados federales del Imperio.
Y los sujetos federales pusieron lo que les apeteció. La mayoría optaron por un busto de su gobernante, pero otros estados, como la Ciudad de Hamburgo, pusieron su escudo de armas.
Esta costumbre de la cara imperial y la cara estatal seguría vigente hasta el 4 de agosto de 1914, cuando se introduce el Papiermark por mor del estallido de la Primera Guerra Mundial, que causa una escasez de moneda circulante en todo el Imperio. Durante los dos primeros años esa escasez aparecía puntualmente, pero, a partir de 1916, el gobierno alemán se vió incapaz de garantizar la circulación monetaria en el país. Surge así el famoso notgeld, dinero de emergencia, que termina definitivamente con la costumbre de las dos caras.
Que yo sepa, nadie volvió a retomarla hasta 2002, año en el que entró el euro.
España: Flor Española
A nivel europeo, una de las grandes novedades del euro para los habitantes de los países que lo van adoptando son las monedas festoneadas de 20 céntimos.
Si te extraña que esto haya sido una novedad tan grande es porque, en España, ya estábamos acostumbrados a ella: fue una invención de la Real Casa de la Moneda española.
Las dos monedas de 50 pesetas de 1990 fueron las primeras de todo el mundo en presentar un nuevo tipo de canto festoneado caracterizado por presentar siete hendiduras poco profundas y distribuidas equitativamente, que se acabaría conociendo internacionalmente como «Flor Española».
La gran ventaja de la flor española sobre la forma redonda tradicional es que permite que los discapacitados visuales la reconozcan más fácilmente al tacto, mientras que se desperdicia muy poco metal en comparación con una moneda completamente redonda.
Este invento patrio seguría siendo usado en las monedas de 50 pesetas hasta 2001, el último año en que se usó la peseta.
Pero la desaparición de la peseta no significó la desaparición de las 7 hendiduras, ya que sería adoptado para las monedas de 20 céntimos de euro, además de para las monedas otros países como Nueva Zelanda.
Italia: Moneda Bimetálica
Lo que sí fue una novedad del euro para España fue la introducción de la moneda bimetálica, hecha con un aro exterior de un material y un núcleo central de otro material.
Este tipo de moneda es una invención italiana desarrollada por la IPZS, la casa de la moneda italiana.
De hecho, la primera moneda bimetálica circulante moderna se puso en circulación exactamente 20 años antes de la introducción del euro: fueron las 500 liras italianas de 1982.
La gran ventaja de este tipo de moneda era la dificultad de su falsificación, que se fue incrementando con el tiempo con la introducción de microimpresiones e imágenes latentes (algo que el diseño original del euro contemplaba y que terminó no siendo aplicado).
Y fueron un éxito inmediato.
Durante la década siguiente, muchos países alrededor del mundo incorporaron la moneda bimetálica a su cono monetario. Por ejemplo, tan solo un año después San Marino emitiría una de las series de monedas más inquietantes de la historia con alguna bimetálica incorporada. Y Francia pondría en circulación en 1992 la primera moneda trimetálica, con un segundo núcleo dentro del núcleo central.
De hecho, se han vuelto tan ubicuas que el coleccionismo de monedas bimetálicas se convirtió en un nicho especializado bastante grande dentro del coleccionismo numismático general, con un buen número de coleccionistas y hasta catálogos propios.
Viendo esto, parece hasta lógico y normal que las especificaciones técnicas del euro estipularan que las piezas de 1 y 2 euros sean bimetálicas.
Pero bueno, no he encontrado investigación académica u otros artículos de divulgación sobre el lineaje del diseño de las monedas de euro, así que es posible que haya más ejemplos del estilo en los que yo no haya caído. ¿Se te ocurre algún otro? Dímelo en un comentario en la caja de abajo.
Las monedas de 1, 2 y 5 cent físicamente son un calco de los 1, 2 y 5 pfennig alemanes
Perdón, la de 1 y 2 cent, no la de 5
Gracias por la aportación! Lo investigaré un poco más.
Gran artículo!
En Europa antes de la introducción del euro ya había varios países que introdujeron moneda bimetálica. El primero fue Italia, pero otros comenzaron a añadir monedas bimetálicas : Austria desde 1996 introdujo los 50 chelines bimetálicos y Finlandia tuvo algunas monedas de 10 o 25 marcos conmemorativos que también fueron bimetálicos a partir de 1995. Letonia en 1999 ya tuvo su vaca bimetálica…
Así es! Como digo en el artículo, es una innovación que se extendió muy rápidamente por Europa y por el mundo. Si mal no recuerdo, la primera bimetálica no acuñada en la IPZS es marroquí.