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El famosísimo Double Eagle de 1933 de oro tiene la que es la historia más rocambolesca de la numismática de Estados Unidos y, probablemente, mundial. Tiene de todo: un robo de película, una investigación del Servicio Secreto, viajes a sitios exóticos, tensión geopolítica, una desaparición inexplicable y precios desorbitantes.
Pero lo mejor es que es ilegal poseer una: si algún día se te cruza una por el camino y la adquieres, podrías llegar a ir a la cárcel en Estados Unidos. Pero que la llegues a comprar algún día es una cosa que dudo muchísimo, porque atento al precio que tiene: el único ejemplar en manos privadas -que se conozca hoy en día- es la moneda más cara del mundo.
Hoy os voy a contar la historia de esta moneda legendaria en la numismática mundial, y que ha insipirado unas cuantas novelas de ficción. Pero si quieres aún más profundidad, Double Eagle de Alison Frankel y Illegal Tender de David Tripp (enlaces a Amazon), te cuentan toda esta historia con una meticulosidad que asombra. Desgraciadamente, por ahora sólo están en inglés, pero si entiendes el idioma de Shakespeare merecen mucho la pena.
El Double Eagle de Saint-Gaudens
Theodore Roosevelt fue uno de los presidentes más influyentes de la historia de Estados Unidos. Lo tocó casi todo, hasta las monedas. Teddy era fan de los diseños numismáticos grecorromanos, esos con relieves altos, y no le gustaba nada el diseño de las monedas emitidas por el país. Así que, en 1904, decidió que era hora de hacerlas más bonitas.
Sin embargo, para cambiar esos diseños, Teddy le tenía que pedir permiso al Congreso. Para todas, menos para cinco monedas: el céntimo, y las cuatro de oro (2.50, 5, 10 y 20 dólares). Así que decidió empezar por la mayor de todas: el double eagle de 20 dólares.
El Double Eagle de 20 dólares es la moneda con más valor facial de la que jamás dispuso Estados Unidos. Esta pieza circulaba entre la ciudadanía, pero, realmente, su principal función fue el comercio internacional. Por razones de prestigio, tenía sentido que fuera la primera moneda en pasar por el proceso de rediseño.
Para ello, Roosevelt llamó al escultor de origen irlandés Ausgustus Saint-Gaudens, que era un amigo íntimo suyo, y le encargó un nuevo diseño para el Double Eagle. Saint-Gaudens no tenía mucha experiencia diseñando monedas, pero aún así, aceptó. Sería la primera vez que alguien externo a la US Mint diseñaría una moneda.
Y pasó lo que tenía que pasar: hubo muchos retrasos en la entrega del diseño por culpa del relieve, que era demasiado alto para una moneda. Saint-Gaudens, ya gravemente enfermo de cáncer, no fue capaz de entregar un diseño viable hasta 1907, que aún así, era demasiado alto. De hecho, si miras la foto de abajo, verás como las partes más altas son las que están más desgastadas.
Charles E.Barber, que era en aquel momento el Grabador Jefe de la US Mint, decidió aceptarlo a regañadientes. Aunque tenía muchísimas dudas sobre la viabilidad de un relieve tan alto a la hora de producirlo de manera industrial, Barber estaba en pleno proceso de diseño de los conos monetarios de Cuba y las Filipinas, y decidió no meterse en líos con el presidente ni en experimentos raros de resideño.
Así que la producción del Double Eagle de Saint-Gaudens entró en el período de prueba. E, inmediatamente, surgió el problema: si una moneda normal necesita un único estampado de cuños sobre el cospel para acuñarse con todos los detalles, el Saint-Gaudens necesitaba nada menos que nueve. Y hechos con una prensa para medallas de alto relieve. Era insostenible.
Saint-Gaudens sucumbió al cáncer antes de poder ver cómo quedaba su obra sobre el oro del cospel. Su asistente, Henry Hering, se puso a diseñar una nueva versión con un relieve más bajo, pero todavía era insuficiente. Así que a Barber, viendo que el diseño iba a salir para adelante sí o sí, no le tocó otra más que ponerse a modificar el diseño original para hacerlo viable.
Pero Roosevelt quería que fuera el diseño de Hering el que se conviriera en definitivo y ordenó que se empezara a acuñar inmediatamente. Y así fue: la US Mint acuñó algo más de 12000 ejemplares del Double Eagle de 1907 de Alto Relieve, que se pusieron a circular entre 1907 y 1908.
Mientras tanto, Barber seguía trabajando en una adaptación del diseño que fuera viable para la produción a gran escala. La terminó hacia finales de 1907, con la puesta en circulación de las piezas con su modelo en diciembre de ese año.
Menos Roosevelt, que estaba encantado con la moneda final, todo el mundió la odió. El público y el Congreso, porque en la moneda no aparecía el «In God we Trust», que fue incorporado más tarde. Y la familia de Saint-Gaudens, porque las modificaciones de Barber habían sido demasiado agresivas, incluyendo el cambio del año de número romanos a arábigos.
Pero, aún con todas, la moneda acabo acuñándose hasta 1933, con un parón entre 1916 y 1920 por culpa de la Primera Guerra Mundial.
¿Monedas de oro? ¡Prohibidas!
¿Y por qué hasta 1933? Pues la culpa la tiene otro Roosevelt, esta vez el sobrino político de Theodore: el legendario Franklin Delano Roosevelt, presidente de EEUU entre 1933 y 1945.
Roosevelt ascendió a la Presidencia en medio de la Gran Depresión causada por el Crack del 29, y su objetivo era sacar al país de aquella crisis económica. Una de sus primeras medidas fue la Orden Ejecutiva 6102, que obligaba a los ciudadanos estadounidenses a entregar al Tesoro todas los certificados, bullion y monedas de oro, con la excepción de monedas de alto valor numismático, a cambio de su valor en papel moneda. El no hacerlo se consideraría una ofensa criminal.
Esta orden siguió vigente hasta 1975, lo que significaba que si un ciudadano estadounidense tenía monedas de oro, se iba a meter en problemas legales muy serios.
Cuando Roosevelt firmó la orden, 445.500 Double Eagles con fecha de 1933 ya estaban acuñados. Evidentemente, no tenía sentido ponerlas en circulación, así que las metieron en un almacén en Fort Knox, bajo una estrictísima vigilancia, a la espera de ser fundidas, lo que sucedió a finales de 1934. Todas menos dos copias, que se mandaron a la Colección Numismática Nacional del Smithsonian para ser guardadas para la posteridad.
O eso pensaron.
¡Stack’s Bowers tiene una! ¡Llama al Servicio Secreto!
A principios de 1944, Stack’s Bowers estaba organizando en su sede de Nueva York una subasta que hubiera pasado sin pena ni gloria (dentro de lo que puede ser ni pena ni gloria para esta casa, claro), si no fuera por un pequeño detalle del que se dió cuenta un coleccionista que resultó ser un periodista de investigación.
En el catálogo había un Double Eagle de 1933. Y eso era imposible.
Así que este periodista se puso en contacto con empleados de la US Mint a ver qué estaba pasando, y éstos lo denunciaron al Servicio Secreto estadounidense, que además de proteger al Presidente, tiene como misión investigar y prevenir crimenes relacionados con el dinero físico.
Lo primero que hizo el Servicio Secreto en la investigación que lanzó en marzo de 1944 fue a) confiscar la moneda, y b) hablar con su consignatario, que les indicó que se la había comprado a Israel Switt, un joyero de Philadephia, quien dijo que no se acordaba cómo las había obtenido, pero que admitió haber vendido 10 piezas. A partir de ésta investigación, se recuperaron 9 monedas entre 1944 y 1952, que fueron fundidas.
Hay varias teorías sobre cómo fue capaz de hacerse con las monedas. Pero la más extendida es que un empleado de la ceca fue quien las robó originalmente. Dado que el conteo de las monedas se hacía al peso, este empleado cambió Double Eagles de 1933 por otros de otros años, quedando el peso igual. Luego se las vendió a Switt, quien las distribuyó entre colecionistas pudientes, y quien acabó yéndose libre porque el delito ya había prescrito.
Por eso es ilegal, aún hoy en día, tener esta moneda: salvo las de la colección numismática del Smithsonian, todas proceden del robo de propiedad federal estadounidense, lo que está penado con cárcel.
Pero… ¿y la que falta?
No podía ser nadie más que el Rey Farouk
Pues un tratante de Texas se la vendió a un comprador extranjero: el Rey Farouk de Egipto.
La historia del rey Farouk da para una entrada para ella sóla. Era un señor al que le gustaban mucho los excesos, que venían a costa del pueblo egipcio. Entre esos excesos estaba el coleccionismo, y era el propietario de una de las mejores colecciones numismáticas de la historia. En su día, Adolfo explicó un poco quién era y qué le pasó a este señor.
Sea como fuere, el Rey Farouk quiso hacer las cosas por lo legal, así que el gobierno egipcio pidió una licencia de exportación diciendo claramente que lo que iban a sacar de los Estados Unidos era un Double Eagle de 1933. No se sabe si por desconocimiento o por desidia, el caso es que el funcionario encargado aprobó la exportación. La moneda salió del país hacia Egipto el 29 de febrero de 1944, literalmente días antes del comienzo de la investigación del Servicio Secreto.
Por supesto, en cuanto se dieron cuenta de lo que habían hecho, el gobierno estadounidense contactó inmediatamente a través de canales diplomáticos con su homónimo egipcio para que devolvieran la moneda. Sin embargo, en medio de la Segunda Guerra Mundial, la cosa no estaba para presionar mucho.
Y ahí quedó la cosa hasta 1952, año en el que Farouk fue depuesto en un golpe de estado. Su colección de monedas se puso a subasta en la casa Sotheby’s de Londres, incluído el Double Eagle. Cuando ésto llegó a oídos de los americanos, exigieron que la sacaran de la subasta y se la devolvieran. El nuevo gobierno militar egipcio prometió que sí.
Pero la moneda desapareció, y no volvería a aparecer hasta 1996.
La moneda más valiosa de la historia
Ese año, al Servicio Secreto le llegó el rumor de que la moneda estaba en el Reino Unido. Así que pusieron en marcha una operación encubierta para que engañar al propietario, un tratante londinense llamado Stephen Fenton, y que la llevase a suelo americano. Y cuando lo hizo, fue detenido.
Fento argumentó que la moneda era la de Farouk, y por tanto, era legal poseerla, aunque no pudo demostrarlo. Sin embargo, fue suficiente para dejarlo en libertad, pero no como para que no se desencadenara una batalla legal entre Fenton y el gobierno americano por la propiedad de la moneda.
El conflicto no se resolvió hasta 2001. Ese año, ambas partes llegaron a un acuerdo por el que la propiedad se repartiría al 50%, se permitiría subastarla, y el gobierno sacaría una orden especial por el que la moneda -y sólo esa- se remonetizaría, conviertiéndola en pieza de curso legal.
La moneda se subastó en el Sotheby’s de Nueva York el 22 de julio de 2002, y la adquirió un comprador anónimo. El precio de martillo fueron 6.6 millones de dólares, a los que hay que sumarle el 15% de comisión para la casa, y 20 dólares para remonetizarla, para un precio total de 7.590.020 dólares. La mitad fue para Fenton, y la mitad para el Gobierno. En su momento, la más cara de la historia, récord que mantendría hasta 2014, año en el que un Dólar Flowing Hair de 1794 se subastó por un poquito más de 10 millones de dólares.
Y por cierto, desde 1996 hasta julio de 2001, esa moneda se almacenó en el que pensaban que era el lugar más seguro de Nueva York: las cajas fuertes del Edificio 7 del World Trade Center, el otro que se derrumbó con las Torres Gemelas. Hasta sólo dos meses antes del 11 de septiembre. Tras la subasta, el comprador anónimo se la cedió para exposición al Museo de la Sociedad Histórica de Nueva York, y luego la mandó a Fort Knox.
En ese momento, todo el mundo pensó que la saga había terminado. Ilusos.
Aparecen otros 10 Double Eagles de 1933
Resulta que, en 2004, una de las desciendientes de Israel Switt, aquel joyero de Philadephia que distribuyó las 10 monedas originales, encontró entre las propiedades de su antepasado otros 10 Double Eagles de 1933. Como conocía la historia, se las enregó al Servicio Secreto, que también se las llevó a Fort Knox.
Una vez más, comenzó una nueva batalla legal, con un montón de denuncias y apelaciones de por medio. Esta vez, se resolvió en 2011, cuando un jurado popular decidió, sin derecho a apelación, que aquellas 10 monedas pertenecían al gobierno.
Y con ésto, parece que, ésta vez, la historia ya está terminada. La mayoría de las fuentes dicen que el número total de monedas robadas es de 20, con lo que ya estarían todas recuperadas. Pero hay otras, las menos, que dicen que fueron 25, con lo que aún faltarían 5 por salir. ¿Veremos un Double Eagle de 1933 nuevo algún día?
Actualización 13/03/2021: Sotheby’s ha anunciado que el 8 de junio de 2021 va a subastar el Double Eagle que se vendió en 2002. Se calcula que su precio de martillo estará entre los 10 y 15 los millones de dólares. El famoso comprador anónimo que la adquirió por aquel entonces fue el diseñador de moda Stuart Weitzman.
Actualización 9/06/2021: Sotheby’s ha vendido el Double Eagle de 1933 por un precio de martilo de 18.872.250 dólares, unos 15.5 millones de euros. A eso hay que sumarle un 14,9% de 21.684.215,25 dólares, conviertiendose así en la moneda más cara de la historia.
Intesante artículo, pero te ha fallado el corrector, se te ha colado un «proscrito» en vez de «prescrito».
Efectivamente, se me ha colado. Muchas gracias por el aviso, queda corregido.