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Si alguna vez has cogido una moneda de euro y te has fijado bien fijado, habrás visto que siempre hay una pequeña marca que consiste de dos letras L en mayúscula y entrelazadas. E igual, hasta no tienes ni idea de lo que son. En numismática, eso se conoce como la marca de grabador. En el euro, corresponden a las iniciales de Luc Luycx, que diseñó la cara común de todas las monedas que circulan por la Eurozona.
¿Y cómo llega un tío belga, con un cierto aire a Freddy Mercury, a diseñar las monedas de euro?
Luc Luycx antes del euro
Luc Luycx nació el 11 de abril de 1958 en Aalst, una pequeña ciudad de unos 85.000 habitantes en el oeste de Flandes, Bélgica. Poco se sabe publicamente de su infancia, pero ya en la universidad estudió ingeniería informática, y luego entró a trabajar como programador para la Real Casa de la Moneda de Bélgica. Unos años después, su supervisor le pidió que hiciera un curso de diseño de monedas por ordenador, en el que aprendió a usar el otrora ubicuo CorelDRAW.
Con esa nueva habilidad en su currículum, en 1991 dejó la programación y se incorporó al gabinete de diseño de la ceca belga. Ya como diseñador con todas las de la ley, sus primeros proyectos fueron para las monedas de ECU de Bélgica, así como para algunos monedas conmemorativas no circulantes, sellos y sobres filatélicos de primer día.
Luc Luycx y el diseño de la cara común
En 1996, el euro ya estaba muy cerca de convertirse en una realidad tangible. Todo el trabajo político y económico estaba casi terminado, y sólo quedaba por perfilar la parte logística de la moneda común. Era hora de crear las piezas que, en un futuro, pasaría de mano en mano entre 350 millones de personas.
Ese año, y habiendo decidido que el anverso sería el mismo para todos los países, la Comisión Europea convocó un concurso de diseño para el reverso. La competición estaba abierta a todos los ciudadanos de los países de la UE excepto Dinamarca, que ya había decidido que no iba a formar parte de la Eurozona. Se limitaron los posibles temas a tres: arte abstracto, arquitectura, y personalidades europeas famosas. Artistas, escultores y diseñadores de monedas enviaron cientos de propuestas al concurso.
Viendo la cantidad de bocetos recibidos, Bélgica decidió que organizaría una competición interna, del que saldrían tres ganadores que participarían en el concurso paneuropeo de la Comisión. Luycx se animó a participar. Tal y como él mismo recuerda para una entrevista realizada por el gabinete de comunicación de la Comisión Europea, «recibí una serie de recomendaciones y entonces procedí a dibujar mis primeros bocetos, en color y en 2D, en papel A4, respetando el diámetro de 15 centímetros para las monedas».
En su cabeza había dos cosas en mente. La primera fue hacer fácil el reconocer el valor de la moneda, y para ello decidió poner un número grande, pero evitando al mismo tiempo aturullar el diseño con muchos elementos. La segunda, el proceso de integración europeo. Para reflejarlo, Luc decidió dividir las monedas en tres grupos, que presentarían elementos diferente pero complementarios.
El primer grupo está conformado por las monedas de 1, 2 y 5 céntimos, que reflejan el mapa de Europa tal y como se puede ver en un mapamundi político, con las fronteras actuando como separador de países. Las de 10, 20 y 50 céntimos muestran los Estados Miembros de la UE en ese momento, pero separados por fronteras, evocano un puzzle. Finalmente, las de 1 y 2 euros muestran los Estados Miembros unidos sin fronteras. Como nota, debido a la ampliación de 2004, en 2008 esto fue modificado para incorporar a todo el continente y no sólo a la UE.
El de Luycx resultó uno de tres diseños ganadores de la fase nacional belga. Esto le dió permiso para comenzar a trabajar en los bajorrelieves que serían mandados a la fase europea. Luc produjó 10 bajorrelieves en total, 8 con los diseños que hoy conocemos, y otros dos para las monedas de 1 y 2 euros que dejan espacio para la incorporación de una imagen latente. Una vez terminados, los moldes fueron certificados ante notario, y enviados bajo un sistema de plica, esto es, anónimamente, a la Comisión Europea.
El concurso de la Comisión Europea
Para la fase europea del Concurso, la Comisión recibió un total de 36 diseños. Un jurado de expertos indepedientes los examinó, y de los 36, escogió nueve para pasar a la siguiente ronda en marzo de 1997. Por supuesto, el de Luycx estaba entre ellos. Durante los meses siguientes, los nueve diseños se presentaron a diferentes asociaciones de Europa (deficientes visuales, organizaciones de consumidores) y al público general. El diseño del belga arrasó: en una encuesta encargada por la Comisión en esos meses, de entre 1900 europeos, un 63,8% se decantaba por ese como su preferido.
El anuncio de la elección final del ganador del concurso estaba previsto para la Cumbre de la Comisión Europea que iba a tener lugar en Ámsterdam los días 16 y 17 de julio de 1997, con el acto programado para la segunda jornada del encuentro. Luycx fue invitado, pero no se enteró de la decisión hasta que se montó en el coche que lo llevó al evento. Para él, la sorpresa fue mayúscula. Además del orgullo que supone que su diseño esté en los bolsillos de todos los cientos de millones de ciudadanos residentes en la Eurozona, Luycx fue premiado con 24.000 euros. Se los gastó en cambiarle el tubo de escape a su moto y en ponerle unas agarraderas calefactadas en el manillar, y el resto lo ahorró.
Luc Luycx después del concurso
Aunque todos los europeos ven sus iniciales a diario, Luc Luycx no es famoso. Siguió trabajando para la Real Casa de la Moneda de Bélgica, donde diseñó muchas de las monedas de 2 euros conmemorativas belgas, siendo la de 2005 la primera moneda de euro diseñada íntegramente por una sola persona. También fue el encargado de diseñar las nueva cara nacional de Bélgica cuando Alberto II abdicó en 2013 y Felipe subió al trono. Luc le presentó tres bocetos al nuevo rey, y el monarca fue el encargado de elegir el definitivo. Además de eso, su firma está en varias medallas, y en la exitosa serie de monedas conmemorativas circulantes dedicada a Tintín.
Como curiosidad, en la Cumbre del G8 que tuvo lugar en L’Aquila, Italia, en 2009, el por aquel entonces Presidente de Rusia, Dmitri Medvedev, enseñó una pieza de muestra de lo que algunos proponen que sea la «Futura Moneda Mundial Unida». Esa pieza llevaba la doble L de Luc Luycx.
Y es que, al final, nuestro amigo Luc siempre firma. Si es suya, en algún lado hay dos eles entrelazadas. Mucha gente no se da cuenta, pero, probablemente, esa LL es la rúbrica que cualquier europeo ha visto más veces en su vida.